Pastoral de la vocaciónLa pastoral de la vocación se fundamenta, inspira y motiva en la teología de la vocación. La pastoral vocacional no es un elemento accesorio o secundario, sólo motivado por la urgencia de la necesidad ante la escasez, sino más bien es una actividad unida al ser de la Iglesia y, por tanto, íntimamente unida a toda la pastoral general. La vocación es el corazón de la pastoral.

Si la teología es estudio, reflexión, pensamiento creyente, la pastoral es acción, quehacer, actividad evangelizadora de la Iglesia. Estos son los principios generales para la pastoral vocacional (PV) de hoy:

La PV es la perspectiva originaria de la pastoral general. Toda pastoral, y en particular la juvenil, es vocacional, es decir, orientada al discernimiento vocacional de lo que Dios quiere de mí, de mi vida cristiana, de cuál es mi vocación.   

La PV es hoy la vocación de la pastoral. En este sentido, se debe ‘vocacionalizar’ toda la pastoral, porque o la pastoral conduce a esta respuesta y compromiso con Dios, o lo que pastoralmente hacemos no merece tal nombre.

La PV es gradual y convergente. Hay distintas etapas y llamadas en el camino cristiano. La animación vocacional tiene esto en cuenta, partiendo desde la vida como vocación, en general, hasta llegar a una opción vocacional concreta como vida sacerdotal o consagrada.

La PV es general y especifica.  Primero ha de proponerse la llamada general abierta a todos y luego precisar la de cada uno. No es bueno ni aconsejable invertir este orden.

La PV es universal y permanente.  No es pastoral de élite o exclusivamente juvenil, sino de todo el mundo, universal respecto a las personas y a la edad de la vida en que se hace. Es una pastoral que no conoce fronteras.

La PV es personalizada y comunitaria. Es acción de todos y para toda la comunidad, pero personalizada, hecha por personas concretas, y no sólo sacerdotes o consagrados, a personas concretas.

La PV es la perspectiva unitaria de la pastoral. Es punto de llegada que une el resto de la actividad pastoral: educativa, litúrgica, juvenil, familiar, catequética, caritativa, de oración…
    
Un saludo, desde el Seminario.