Acabo de ver la película “Bella” por segunda vez. Me ha dejado un sabor de tranquilidad, paz, serenidad y belleza.
Estamos acostumbrados a otros modelos que nos presenta el cine. El hispano es el que está metido en las drogas, el pobre hombre que no tiene donde caerse muerto, el ilegal que trata de esconderse de la policía, la persona irresponsable en el trabajo, el ladronzuelo que trata de llevarse cosas cuando menos lo esperas, el mujeriego que se va detrás de cualquiera…
La película “Bella” de Eduardo Verástegui y Tammy Blanchard es un canto a los valores hispanos de los hombres y mujeres que forman la minoría más numerosa de Estados Unidos. “Ví cómo muy pocas veces los latinos somos representados como héroes del día a día, que luchan por hacerse un hueco en la sociedad trabajando duro, en vez del típico ladrón, ratero o mujeriego..”. Así se expresaba el protagonista en una entrevista.
La película nos presenta un hogar latino donde se respira humanismo. La primera realidad que salta a la vista es el respeto a la vida. El protagonista recuerda que en sus años jóvenes atropelló a una niña de forma involuntaria. Estuvo en la cárcel y evocaba sus sentimientos de dolor después de muchos años. “Todavía escucho sus gritos y sus llantos”.
José y Nina se conocen por azar y empiezan una experiencia de amor. Nina descubre que está embarazada, se plantea la posibilidad de abortar, pero triunfa la ternura y la vida.
El protagonista explica: “No hay nada más noble, más grande que ser la voz de aquellos que no se pueden defender, que son los hermosos bebés que se encuentran en el vientre de sus madres… La vida es sagrada, la vida es un regalo de Dios. Y la vida es preciosa. Se tiene que proteger, que cuidar, que defender en todo momento, desde la concepción hasta su muerte natural…”.
Después de ver la película, al domingo siguiente, fui a celebrar misa a la parroquia “Visitation Church”, una mujer embarazada daría a luz la próxima semana. Me dijo que le diera la bendición a su niño.
No es la primera vez que me piden semejante cosa. La frase más normal es ésta: “Padre, bendígame, la barriga”.
No podían faltar los valores religiosos. El mundo latino tiene una religiosidad a flor de piel. Se manifiesta en los cuadros e imágenes que aparecen en las paredes del hogar. Me llamó la atención una pequeña y sencilla oración al principio de la comida, donde se juntaban todos los miembros de la familia: ‘El Dios que nos dio la vida, que bendiga esta comida”.
También se pone de relieve la hospitalidad y el sentido familiar que tienen.
Se juntan con cualquier pretexto: comen y se divierten juntos. La muchacha americana (Nina) se siente sorprendida por la cercanía y amor que existe entre los padres y los hermanos. Al final de una comida le dice a José: ”Eres muy afortunado… yo tuve que cuidarme sola”.
La película “Bella” ha recibido varios premios, uno de ellos en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
El Centro Latino del prestigioso Museo Smithsonian concedió a la película otro premio por su contribución a la cultura latina y además se reconoció al cantante español Alejandro Sanz por haber cedido uno de sus temas al largometraje. Dicho cantante se ha convertido en un verdadero embajador de esta obra.
Un canto a la vida, ésta es la impresión sabrosa que deja este film a todo el que asiste a su proyección. Merece la pena verlo. Es una forma de sembrar valores, cultura, corazón y amor a los más indefensos, los no nacidos.