Asambleas familiaresDurante los días 3,4 y 5 de marzo hemos celebrado las reuniones por diferentes barrios: Asambleas familiares cristianas. Era el año 1994 cuando las empezamos y, con algunas bajas de asistencia, por defunción u otras circunstancias, las hemos ideo manteniendo, gracias al buen grupo de monitores/as que se encargan de dirigirlas y, a las personas que prestan su casa para que se celebren. Este año han estado con nosotros el Padre Salvador y el Padre Juan, claretianos. El P. Salvador ya ha venido en más ocasiones.

Así ha resumido una monitora- Menchu Arriaga, las asambleas de este año:

“Durante tres días nos hemos reunido en estas asambleas familiares, para reforzar el espíritu en esta cuaresma 2009, como procuramos hacer todos los años; y lo hemos hecho a través de la figura de San Pablo, ya que estamos celebrando 2000 años de su nacimiento. Al principio, tengo que reconocer, que fue un poco desconcertante la idea de ver un tema del que desconocía, pero poco a poco fuimos descubriendo que en la vida de San Pablo hay muchos aspectos, sentimientos y vivencias semejantes a las que hoy podamos experimentar cualquier persona; y que compartiendo nuestras experiencias nos acercábamos cada vez más a su persona, pero de un modo especial como cristianos, ya que el Espíritu Santo, supera las barreras temporales y actúa de la misma manera que hace 2000 años, él era uno más en nuestra asamblea .

San Pablo reaccionó a la llamada divina de manera admirable, radical, rompiendo con lo que hasta entonces era su vida, incluso renunciando’ a una categoría social más elevada por una entrega total a Cristo. Sintió la necesidad de evangelizar y de manifestar lo que había descubierto, incluso chocando con los suyos, expandiéndose hacia otras culturas, tierras y gentes, sin prejuicios, sin importarle que eran distintos y lo hizo con un entusiasmo envidiable, ya que como él decía: “Es Cristo quien vive en mí”.

Y todo esto lo hemos vivido como un empujón en la fe.  Gracias a San Pablo, por su ejemplo de vida y que interceda por nosotros para que nos ayude a reaccionar como él lo hizo. Y gracias a Dios porque sigue confiando en nosotros a pesar que no siempre confiemos en Él”.