MuisneQueridos sacerdotes y feligreses de la Parroquia de Almodóvar del Campo:
 
Os mando algunas experiencias de la misión.

Como todavía estamos en tiempo Pascual, no llego tarde para darles mis felicitaciones de las Pascuas de Resurrección. 

De esta celebración les voy a hablar.

Esta Semana Santa la viví como guía de una comunidad que se llama Bilsa. Cada comunidad normalmente está compuesta de 10 a 20 casitas y en cada una vive una familia. Se encuentran situadas a lo largo de los ríos de poco caudal que van al mar. Esto les da a la gente la posibilidad de abastecerse del agua. Y viven normalmente de las fincas que tienen, donde producen sobre todo el banano y alguna fruta. Quien puede tiene alguna vaca que les ayuda para la leche.

Hace poquito me comentaba el esposo de una de las catequistas de otra comunidad, que visité, referente a las elecciones presidenciales que han tenido lugar estos días y las vacas: “Lo que tiene este presidente actual es que ha sido el primero que ha ayudado a los pobres, pues ninguno hasta ahora nos había dado el acceso tan fácil a un pequeño crédito. Y así con este crédito me he podido comprar dos vaquitas. Las primeras que he podido adquirir en toda mi vida.”

Bueno, pues con esta gente sencilla viví estos días Santos.

El Domingo de Ramos adornaron la Iglesia bonita, con hojas de palmera, aquí no faltan.

El Jueves Santo, después de la celebración, cada uno trajo algo para compartir, así que tuvimos un ágape fraterno, con un ambiente de mucha alegría.

El Viernes Santo celebramos el Vía Crucis, que duró dos horas, pues íbamos casa por casa, y en cada una habían preparado un altarcito. Si había enfermos rezábamos por ellos y por toda la familia. Acabamos con la adoración de la cruz.

Y el día de la Vigilia Pascual, la capillita se llenó toda, pues ese día me quedé a dormir con la comunidad y como era bien de noche cuando comenzamos la Vigilia, muchos varones se acercaron también para rezar con todo el resto que había participado en los días anteriores, sobre todo mujeres.

Prepararon el fuego, que después de bendecirlo, nos sirvió para encender  nuestro Cirio Pascual, improvisado con los materiales que teníamos a nuestro alcance: una vela insertada en una caña de azúcar, así tomaba las dimensiones del Cirio, y con un rotulador le dibujé los símbolos del Cirio Pascual.

Fue una ceremonia donde la presencia viva de Cristo Resucitado se respiraba en el ambiente por medio de la fe expresada de esta comunidad.

Y finalmente, el Domingo por la mañana celebramos cinco bautizos.

Los adornos de la Iglesia los hacen con papel higiénico. Pues tiene dos ventajas: es blanco, como la ocasión lo requiere, y es económico. La verdad es que no queda mal del todo. 

En Bilsa estoy intentando formar un grupo de catequesis para la comunión, pues los niños no faltan para ello, aparte de visitarla regularmente para rezar los Domingos con la comunidad, de esta manera ir con ellos profundizando el mensaje de la Palabra de Dios.

Por ahora les mando mis saludos, con la certeza de que seguimos unidos en la oración y el cariño.

Un fuerte abrazo