ImageEl catorce de Junio celebramos el Día de la Eucaristía y el Día del Amor. Unir Eucaristía y Amor no es una opción casual que hacemos los cristianos  una vez al año; son dos realidades que van íntimamente unidas y que cada día y cada domingo que  celebramos la Eucaristía, estamos celebrando también el compromiso y el gozo de compartir nuestra vida, nuestro amor  y nuestros bienes con todas las personas.

El Papa Benedicto XVI ha escrito:

“Cada celebración eucarística actualiza sacramentalmente el don de su propia vida que Jesús hizo en la Cruz por nosotros y por el mundo entero. Al mismo tiempo, en la Eucaristía Jesús nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana.

Nace así, en torno al Misterio eucarístico, el servicio de la caridad para con el prójimo… La Eucaristía impulsa a todo el que cree en Cristo a hacerse “pan partido” para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno… La unión con Cristo que se realiza en el Sacramento nos capacita también para nuevos tipos de relaciones sociales: la "mística'' del Sacramento tiene un carácter social… hay que explicitar la relación entre Misterio eucarístico y compromiso social…

La Iglesia no tiene como tarea propia emprender una batalla política para realizar la sociedad más justa posible; sin embargo, tampoco puede ni debe quedarse al margen de la lucha por la justicia….No podemos permanecer pasivos ante ciertos procesos de globalización que con frecuencia hacen crecer desmesuradamente en todo el mundo la diferencia entre ricos y pobres. Debemos denunciar a quien derrocha las riquezas de la tierra, provocando desigualdades que claman al cielo (ver Sant. 5,4)”.

Quien celebra el Día del Corpus está celebrando el Día del Amor. Cada Eucaristía es un banquete de fraternidad, es comulgar el Amor y embriagarse del Amor sin límites. Si tantos millones de cristianos que celebramos la Eucaristía, tuviéramos la vivencia de  ese amor sin cálculos ni medidas, sería en parte una gran solución a la crisis económica actual  y a la crisis permanente  de un mundo dividido en hemisferio norte-riqueza y sur- pobreza