Con flores tan hermosas que cualquier oficiosa abeja, puede sacar rica miel1.-Cada vez que me pongo a leer las obras de S. Juan Bautista de la Concepción,  encuentro algo  que me llama la atención y que además me engancha. Me engancha tanto, que aunque me da miedo  meterme en profundidades  no puedo volverme atrás. Y sigo. Y lo que al principio  me parece un berenjenal, luego descubro que es un jardín ameno, con flores tan hermosas que cualquier oficiosa abeja, puede sacar rica miel. Como os diré, entro con mucho respeto y cariño.

2.-Entre los muchos refranes que me vienen a la mente, hay tres que me han venido  a la mente al comenzar este trabajito que  son pintiparados: Tales son:

– No te metas en camisa de once varas.

– No te metas en esos berenjenales.

– Y el más reciente: Si lo sé, no vengo.

Efectivamente, es tan rica y abundante la materia de salud y enfermedad en la obra de S. Juan Bautista, que me ha venido tan grande como una camisa de once varas; y el berenjenal es tan exuberante que cuando di los primeros pasos, estaba cierto de que me iba a perder, pero por vergüenza torera, seguí adentrándome. Aunque si lo sé, no vengo. Pero me metí en la camisa y me adentré en el berenjenal y aquí estoy.  Voy a ver si saco algo en limpio.

3.- ACLARANDO TÉRMINOS.-  Definiciones de salud y enfermedad. Para  fijar lo que entendía S. Juan Bautista por salud y enfermedad, quiero acudir a la definición o aclaración de estos términos y cómo los concibe hoy la ciencia médica. La OMS (Organización Mundial de la Salud) nos ofrece estas definiciones: “SALUD, estado de completo bienestar físico, mental y social; y no solamente ausencia de enfermedad” OMS. “ENFERMEDAD: alteración estructural o funcional que afecta negativamente al estado de bienestar”. OMS.

Enseguida nos damos cuenta de que son definiciones descriptivas. No me detengo más de momento.

4.-ESTADÍSTICA EN SAN JUAN BAUTISTA. Y NO ERA MÉDICO.

La palabra enfermedad aparece 480 veces en las obras de S. Juan Bautista. I Volumen. 160 veces. II Volumen. 124 veces.III Volumen, 245 veces. IV Volumen 51 veces.

La palabra enfermedades en plural, aparece en las obras del Reformador 220 veces.   I Volumen 44 veces.  II Volumen 156 veces. III Volumen 50 Veces. IV Volumen 70 veces.

San Juan Bautista de la ConcepciónLa palabra salud, aparece 415 veces en las obras del Manchego. I Volumen 69 veces. II Volumen 119 veces. III Volumen 132 veces. IV Volumen 93 ves. La palabra médico aparece 173 veces. La palabra médicos, aparece 109 veces. La palabra  medicina aparece 106 veces. La palabra medicinas aparece 98 veces. La palabra remedio 431 veces. La palabra remedios, 100 veces. La palabra remediar 173 veces.

Y no he querido recoger las palabras que  son complementarias como enfermo, enfermar, enfermero, mal, males, llaga, cura, curar, etc.

5.- HABLANDO DE ENFERMEDAD

Quizás comenzamos a entender por qué yo decía que me había metido en un berenjenal. Pero permítanme que cambie de término. He entrado en un hermoso jardín donde cualquier flor, es decir cualquier párrafo del Santo  es como para quedarse embelesado. Pero sí me será difícil llegar a una conclusión del concepto de enfermedad y salud en sus escritos. E insisto, si dije lo del berenjenal, no es porque S. Juan Bautista, sea confuso o diga cosas ininteligibles o fuera de contexto. No. Sencillamente por la abundancia de material que nos ofrece.A medida que he ido seleccionando y leyendo  los diversos textos, no todos, me he dado cuenta que para S. Juan Bautista hay tres tipos de enfermedades: Física, Psíquica y Espiritual. Veamos algunos ejemplos:

1.-“Estando yo en una gran tristeza o enfermedad corporal echado en la tarima” Intr. 2,25. Aquí tenemos que hace una distinción real entre una enfermedad psíquica (tristeza, equivalente a depresión), y enfermedad corporal (enfermedad física u orgánica). Estas sencillas palabras  en la medicina moderna tienen mucha importancia. Se suele decir que no hay enfermedades sino enfermos. Y aquí describe cómo se encuentra enfermo psíquica y físicamente.

2.-. “El principal intento que aquí empezamos a tratar… fue de la enfermedad y dolencia espiritual del alma cuando le da Dios una cruz interior” I, 124. Como vemos él introduce un nuevo concepto de enfermedad, que no  es la psíquica, que se le escapa a la OMS que la reduciría  a enfermedad psíquica y lo mandaría al psiquiatra. S. Juan Bautista es más fino y nos lo va a detallar y explicar:

Es “la enfermedad del alma llagada de su querido esposo” Intr. 124

“Enfermedad o llaga que lacera en lo más íntimo del alma, coincide con las purificaciones pasivas en el estado de desposorio espiritual” Intr. 124.

Nueva  comparación entre una enfermedad orgánica y una enfermedad espiritual o del alma:

Enfermedad“El que tiene sarna, no hay mayor refrigerio para él, que le rasquen, y siente vida en lo que es muerte y agrava su dolencia, porque mientras más le rasca, más llagas le hacen” I, 143.

Posiblemente S. Juan Bautista no sabía que la sarna era una enfermedad infecciosa y contagiosa, producida por el sarcoptes sacabiei y que se extendía no por las heridas, sino por el agente infeccioso.

E inmediatamente pasa a compararla  con el alma que tiene una enfermedad espiritual que al no haber ni médico ni enfermero que la conozca, “echa mano de los remedios que hacen mayor la llaga, como el sarnoso; y como se siente abrasada y de un fuego extraño encendida, todo se le va  en de nuevo desear y tomar aquel cáliz y bebida que Dios promete a los suyos” I, 143.

Quiero sencillamente apuntar que en la enfermedad corporal, aquí la sarna, lo que parece que alivia, mata. En la enfermedad espiritual lo que parece que mata, alivia, porque la  une y entrega más a su Dios.

Sería interminable y fuera de este pequeño estudio, el citar y matizar el concepto de enfermedad. Pero voy a seguir seleccionando:

“La llaga (sentido espiritual), es aquella enfermedad del corazón (una cardiopatía especial) que es como la inquietud de la aguja del relox tocada con la piedra imán… No para. Lo propio hace Dios con sus toques  a aquel corazón que así tocado….él allá se vuelve con su porfía  a mirar a su Dios”. I, 225.

Llama la atención, como un hombre que no era médico habla tantas veces y con tanta belleza de la salud y enfermedad. Pero a lo largo  de unos cuantos artículos os iré contando tanta sabiduría  como en sus obras  infunde el Santo Trinitario de Almodóvar.