Carta de Nuestra María José Carrero ViñasQueridos amigos de Almodóvar:

¿Cómo están? ¿Cómo se encuentran?

Como de costumbre en estos tiempos de Adviento y Navidad me hago viva a través de estos medios…

Hace unas semanas me contactó un joven de Kenia, Ambrogio. Lo conocí en mi primera misión en África, hace 10 años. Fue uno de mis estudiantes y me di cuenta entonces que, como la mayoría, provenía de una familia muy pobre.

El muchacho era inteligente, pidió ser bautizado y vi en él, como en otros, un futuro mejor; para esto conté con vuestra ayuda lo estuvimos apoyando. Hoy me escribió que logró completar sus estudios en finanzas en Noviembre y en su pueblo natal ha puesto una tienda comprando unas pocas cabras y una vaca.

Me decía que la situación económica no ha cambiado desgraciadamente. Con la ayuda de Dios seguirá adelante…

He querido compartirles esta noticia porque no es solo para mí, sino que pertenece a todos los que habéis y seguís contribuyendo en la ayuda a los demás, allí donde me he ido encontrando.

Las semillas plantadas ahora son árboles que van dando su fruto… Hemos dado esperanza y seguimos dándola, construyendo un mundo donde brille en los ojos de todos la vida con dignidad.

Hablando de los niños que se les ayuda a estudiar, estamos ayudando a nueve, ellos siguen bien. Están en cuarto grado y tienen diez años.

Las familias siguen muy agradecidas por vuestra ayuda… Los niños me escriben cartas para ustedes de agradecimiento, no se las he mandado pero hagan como que les llegan.

Este próximo año estaré en el encargo del colegio y escuela por un tiempito de seis meses, me gustaría aumentar el número de becas de ayuda.

Vean si es posible para ayudar a más niños y jóvenes a progresar.

Además del trabajo ya cotidiano, este mes de Octubre misionero, comenzamos un grupo de diez personas a visitar las familia de casa en casa.

Carta de Nuestra María José Carrero ViñasNos dividimos en grupos de dos o tres hermanos, tocamos a las puertas presentándonos y compartimos la Palabra de Dios y la vida…

Y estoy viendo el bien que hacen estos encuentros.. Familias que estaban desunidas vuelven a reconciliarse. Otras personas regresan a la iglesia, la mayoría nos piden que regresemos…

Percibimos los signos del Reino de Dios, los milagros que obra la presencia de Dios en los corazones y las vidas de las personas.

Hay una sed de la Palabra de Dios muy grande y vuelvo a darme cuenta que la mies es mucha y los obreros somos muy pocos.

Ya estamos en el tiempo de Adviento. Tiempo de vigilancia, de esperanza, de gozo y oración.

Vivir el tiempo de Adviento es ponerse en camino para hacer un mundo mejor que acoja a Jesús con paz, amor y alegría.

«Yo soy la luz del mundo, el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12)

Con nuestras oraciones, nuestros trabajos y nuestras buenas obras y así preparar el camino al Señor.

Él llega a nosotros de tantas maneras y nos hace ver que si en Él confiamos el sigue haciendo milagros en la vida de las personas.

Que nos sigamos entregando más y más al Amor que EL nos tiene! Los abrazo fuertemente en Cristo misionero, llevándolos siempre en mi corazón.

¡FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO!