Confiar en la ProvidenciaSanto Evangelio según San Lucas 1, 57-66. Feria privilegiada de Navidad Por: H. Luis Alberto de Ávila, L.C. | Fuente: www.missionkits.org ![]() En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino! Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios) Me pongo en tu presencia, Señor Jesús. Quiero escuchar aquello que quieres comunicarme en este momento de oración. Abre mi mente a tu voz. Permíteme dejar a un lado todo aquello que no seas Tú. Evangelio del día (para orientar tu meditación) Del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80 Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella. A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: "No, su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero si ninguno de tus parientes se llama así". Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios. Reportar anuncios inapropiados |![]() El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel. Palabra del Señor. Medita lo que Dios te dice en el Evangelio Este pasaje nos presenta algunas escenas que narran el nacimiento de Juan el Bautista, aquél que Dios mandó por delante del Mesías para preparar al pueblo escogido llamándolo a un bautismo de conversión para perdón de los pecados. Dios eligió a Zacarías y a Isabel para ser los padres del último de los profetas. Se sirvió de su infortunio, su imposibilidad de engendrar vida, para traer una gran bendición al mundo. Eran un matrimonio de vida recta delante a Dios, que aceptaban en todo su voluntad, confiando en su providencia bondadosa. Mantenían la esperanza incluso en el silencio de Dios. ¡Oh Señor!, cuántas veces nos cuesta aceptar tu voluntad, creer en tu providencia. Cuántas veces quizás hemos arruinado un maravilloso plan tuyo porque nos quedamos con lo que vemos y olvidamos que estás actuando. Estamos tan metidos en la vida del mundo y sus afanes, que nos gana la desesperación y recurrimos al camino fácil. Queremos solucionar los problemas como los resuelven los que tienen puestas sus esperanzas en sus propias fuerzas. Nos pasa como a Israel que construyó un becerro de oro porque Moisés tardaba. Isabel y Zacarías no entendían por qué no podían tener una familia, sin embargo, para ellos lo más importante era vivir en tu amor, confiados ciegamente a tu providencia. Lo que para ellos era el misterio, tu silencio, para Ti era un plan maravilloso. Su fe se convirtió en bendición para el mundo entero.
Diálogo con Cristo Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama. Propósito Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación. A lo largo de mi día aceptaré con amor aquello que no entienda, porque sé que la Providencia de Dios siempre me asiste, y no perderé la esperanza ante su silencio. Despedida Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. ¡Cristo, Rey nuestro! Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. |
Evangelio de hoyIglesia en Almodóvar del Campo2020-06-13T07:24:54+00:00

