San Antonio de PaduaSan Antonio de Padua  se llamaba Fernando, nació en Lisboa, y era español. Adoptó el nombre de Fray Antonio cuando ingresó en los franciscanos, a los 30 años de edad. Se le llamó de Padua porque allí vivió y allí fue enterrado.

Y fue español porque Lisboa pertenecía a España cuando él nació. Coimbra, donde estudió, era dependiente del Reino de León. San Antonio hablaría siempre de España como patria suya.

Nació el 15 de agosto de 1190, día de la Asunción de  la Virgen María. Fue bautizado el 23 de agosto, a los ocho días de su nacimiento, con el nombre de Fernando Martín, éste segundo nombre el de su padre. No se le puso Fernando en honor de ningún santo, pues no se había canonizado a ningún Fernando, el primero lo fue el rey Fernando III, el que no nacería hasta el año 1217.Fernando tuvo una hermana a la que le pusieron el nombre de María.

Se le representa con el Niño Jesús en brazos, o de pie, dándole la mano al santo, por la leyenda o verdad, de que un día de fuerte nevada, llamó a la puerta del santo un niño, y Antonio le preguntó: ¿Qué quieres? y el Niño le contestó: “Que me des algo”.

Cuando Fernando vuelve con una limosna, el niño le dice:
    – “No, quiero tu corazón”
    – Pues, ¿quien eres? le pregunta San Antonio.
    – “Soy el Niño Jesús”

Entonces Antonio le prometió darle su corazón para siempre. A los 20 años, Fernando ingresa en los Canónigos de San Agustín, en Lisboa.

Sus parientes y sus amigos le visitan a diario para quitarle la idea de seguir la vida religiosa, por lo que pide su traslado al monasterio de La Santa Cruz, de Coimbra.

Estudió Humanidades, Teología, y Ciencias Naturales, y aprendió el Latín, el Hebreo, el Sirio,  el Árabe, el Francés y el Alemán, además de sus idiomas Español y Lusitano.

Sabía tan de memoria la Sagrada Biblia, que llegó a adquirir el compromiso de reproducirla, si ésta llegarse a perderse.

Pasó nueve años en la Universidad de Coimbra, con gran provecho en los estudios.

Cinco franciscanos con rumbo a África a donde iban a misionar, pasaron por Salamanca y Coimbra, hospedándose en el monasterio de La Santa Cruz, donde conocieron a Fernando. Pasaron a Marruecos, y pocos días después volvían sus cadáveres. Estos fueron expuestos en el monasterio de la Santa Cruz. Eran mártires, estaban en el Cielo.

Fernando quiso pasarse a la orden franciscana y marchar a África para morir mártir. Habló con los franciscanos que habitaban en Coimbra, y fue admitido. Tenía treinta años. Así se transformó en Fray Antonio de Olivares, al vestir el hábito de franciscano. Salió hacia Marruecos en una barca a vela, el verano de 1220.

Enfermó gravemente y fue reenviado a Portugal, pero una tormenta llevó a la embarcación hacia el estrecho de Gibraltar, llegando naufrago a Mesina, en Sicilia.

Repuesto a medias, se dirigió a Asís, recorriendo andando unos 600 kilómetros durante todo el mes de mayo. En Asís, rogó al P. Gracián que le llevase con él para ser instruido en la disciplina franciscana. Mucho tiempo pasó en el eremitorio de Montepaolo, en una cueva, pasando casi todo el día orando. Sus alimentos eran solo pan y agua.

Un día el Padre Gracián, a la comida, pidió que algún dominico predicase para alimentar el alma, además de alimentar el cuerpo. Todos se excusaron con el pretexto de no haber preparado discurso. Entonces el P. Gracián comprometió al frailecito nuevo que había venido de Africa, para que contase algo de su viaje.

Fray Antonio dio un paso adelante, y hablando en latín para que todos le entendieran, hizo que  los comensales quedasen boquiabiertos al oírle citar de memoria más de cien hechos bíblicos a lo largo de su discurso. Aquel día, el Padre Gracián decidió mandar a Antonio a predicar el Evangelio por Europa. Predicó en el norte de Italia y en el sur de Francia, zonas llenas de peligrosos herejes.

Triste, marchó a orillas del Mar Adriático y se puso a predicar a los peces: “Hermanos peces…..” y los peces asomaban las cabezas para oír a Antonio.

En todos sus sermones se producía algún prodigio milagroso. Un día el hijo de una viuda cayó en un pozo, y  la madre  ofreció  el  peso  del  niño  en  harina  de trigo para los pobres. El niño salió vivo y sano. De aquí nació el Pan de los pobres de San Antonio.

Fue nombrado profesor de Teología. Hablaba claro y sencillo para que todos le entendieran. No hablaba de los herejes, hablaba a los herejes con paternal caridad, y los convencía.

Antes de morir, ya enfermo, el Papa le ordenó escribir todos sus sermones. Se puso en camino hacia Padua deseando morir en su monasterio, pero en el camino se agravó tanto, que fue ingresado en el monasterio de Arcella, donde murió el día 13 de Junio de 1231, a los 41  años de edad. Su cuerpo fue trasladado a Padua y enterrado en Santa María de Padua, Basílica de estilo bizantino, el 17 de Junio, después de duras disputas y violentas posturas entre Arcella, donde murió, y Padua donde él profesó como franciscano.

Ha sido el santo canonizado más rápidamente en el tiempo, de todos los que lo han sido.

El Papa Gregorio IX, el día 30 de mayo de 1232, canonizó a Antonio cuando aún faltaban 14 días para cumplirse el año desde su muerte. El Papa Pio XII, le proclamó Doctor de la Iglesia, el día 16 de enero de 1946.