¡Ay de mí si no predico el Evangelio!Todos los que oyen la llamada de Dios, como San Pablo, se  sienten  obligados a anunciar el Evangelio.

Vamos empezar un nuevo curso en el que intensificamos las labores de formación en la Parroquia: catequesis, escuela de teología, asambleas familiares…

Vamos a celebrar también, el día  19 de Octubre, el Día del Domund: anuncio a todo el mundo del Evangelio de Jesús y  ayuda  a los más necesitados de nuestro mundo.

Cada bautizado es un llamado por el Señor para hacer de este mundo el reino de Dios, para ser constructores de una nueva humanidad.

Por eso, queremos ser “animadores”, evangelizadores, transmisores de la vida de la fe. Soñamos en transformar todo según Cristo.

A esta tarea estamos todos llamados, como bien dijo el Papa Pablo VI:

“Los seglares, cuya vocación específica los coloca en el corazón del mundo y a la guía de las más variadas tareas temporales, deben ejercer por lo mismo una forma singular de evangelización.

El campo propio de su actividad evangelizadora, es el mundo vasto y complejo de la política, de lo social, de la economía, y también de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios de comunicación de masas, así como otras realidades abiertas a la evangelización como el amor,  la familia, la educación de los niños y los jóvenes, el trabajo profesional, el sufrimiento, etc. Cuantos más seglares haya, impregnados del evangelio, responsables de estas realidades y claramente comprometidos en ellas, competentes para promoverlas y conscientes de que es necesario desplegar su plena capacidad cristiana, tantas veces oculta y asfixiada, tanto más estas realidades…estarán al servicio de la edificación del Reino de Dios y por consiguiente de la salvación en Cristo Jesús. “
 
Empecemos este nuevo curso llenos del Espíritu del Señor y sabiendo que:         

Sois la semilla que ha de crecer,

sois la estrella que ha de alumbrar,

sois levadura, sois grano de sal,

antorcha que debe alumbrar.