SoploEl ser. ¿Y qué es el ser..? ¿Un soplo, la alianza

de un enigma y un sueño y un instante que ha huido..?

Y una pasión en brazos de un vuelo que no alcanza

acomodo en su rumbo: un confuso latido

 

de Hamlet, Don Quijote, Don Juan, en la balanza

de la vida: ese peso que pesa lo perdido.

(Nuestro ser, ¿un prodigio velado en su mudanza

de oruga o mariposa clavada en el olvido..?

 

En rigor, un romance de ciego mal cantado

frente a un mastín de guardia -el tiempo y su conciencia-

y un buitre prometeico que escarba en lo olvidado.

 

En realidad, ceniza.

Pero el ser ¿no es la conciencia

con la que Dios recrea al hombre regresado

a un niño que en su llanto se vuelve transparencia..?

 

Un niño que, bebiendo la sed de su indigencia,

es más que ser ceniza, capaz de un confiado

esperar un destino de eterna trascendencia.