Semana Santa 2009
Tomás Lozano Rivas2009-04-07T03:00:00+00:00
Vamos a celebrar los días santos, los días grandes, en que nuestro Señor Jesucristo dio las más hermosas pruebas de amor. Cada una de sus palabras, de sus gestos deberían ser contemplados con toda la admiración y cariño de nuestro ser para poder penetrar un poco en el misterio más bello sucedido en nuestro mundo. Son insuficientes tres días para percibir y vivir la más sublime historia de amor.
Durante los días 3,4 y 5 de marzo hemos celebrado las reuniones por diferentes barrios: Asambleas familiares cristianas. Era el año 1994 cuando las empezamos y, con algunas bajas de asistencia, por defunción u otras circunstancias, las hemos ideo manteniendo, gracias al buen grupo de monitores/as que se encargan de dirigirlas y, a las personas que prestan su casa para que se celebren. Este año han estado con nosotros el Padre Salvador y el Padre Juan, claretianos. El P. Salvador ya ha venido en más ocasiones.
Domingo de Ramos
En la Semana Santa celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Hay momentos en la vida, en que las “circunstancias” le ayudan a uno a pararse a meditar sobre varias cosas. Cuando la monotonía se deja notar, o cuando la casa de nuestra vida se ve amenazada por los fantasmas del sufrimiento y el dolor, merece la pena preguntarse por las pocas certezas que sobreviven al vendaval. ¿Cuáles son las certezas de mi vida? ¿En qué creo?
La tarde ha fenecido bajo un silencio grave.
Uno de los más grandes filósofos y teólogos de La cristiandad, San Agustín (353 - 430), nos dejó dicho: “Cuando me acuerdo de aquellas lágrimas que derramé al oír los cánticos de la Iglesia a los comienzos de haber recobrado mi fe, y que ahora mismo me conmuevo, no con el canto, sino con las cosas que se cantan con voz suave y con la modulación más apropiada, reconozco de nuevo la gran utilidad de esta costumbre” (Confesiones, Lib X, cap. 34).
El día 2 de febrero es el Día de la Vida Consagrada. Una buena ocasión para hacer una reflexión en honor de tantos hombres y mujeres que han hecho de su vida un canto a Dios, a pesar de que este tesoro lo llevan en vasijas de barro.
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