La música en Semana SantaUno de los más grandes filósofos y teólogos de La cristiandad, San Agustín (353 – 430), nos dejó dicho: “Cuando me acuerdo de aquellas lágrimas que derramé al oír los cánticos de la Iglesia a los comienzos de haber recobrado mi fe, y que ahora mismo me conmuevo, no con el canto, sino con las cosas que se cantan con voz suave y con la modulación más apropiada, reconozco de nuevo la gran utilidad de esta costumbre” (Confesiones, Lib X, cap. 34).

Nos acercamos, un año más, a la conmemoración y celebración de la SEMANA SANTA; por lo que es conveniente reflexionar acerca de la importancia que tiene la música en la liturgia de la Iglesia cristiana, incluso fue el mismo San Agustín quien escribió tan lapidaria y profunda frase: “Bis orat, qui bene psallit” ( el que canta bien, ora dos veces): Lema del pueblo andaluz durante los sacrosantos días de La Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Y tal importancia tuvo dicho acto que el filósofo alemán Hegel (1770- 1831) escribió que “el nacimiento de Cristo es el centro de la historia y de la humanidad”(cfr. “Vida de Cristo”).

Se podría afirmar que “quien canta bien, reza dos veces”; incluso, toda persona que componga música religiosa podría proclamar que reza tres veces. ¡Qué triste es que en la “Ratio Studiorum” de la Consejería de Educación no ocupe el lugar que merece la Música! Porque toda música es buena para perfeccionar al hombre.

Ante la imposibilidad de enumerar a todos los compositores que cumplieron esta misión en la Historia de La Música, haré un breve recorrido:

Ya en la antigua Grecia los funcionarios del Templo eran los encargados de la música del mismo, con La particularidad de que el arte de componer estaba conceptuado como poseedor de poderes mágicos y curativos. En Esparta – siglo VI antes de Cristo -, los compositores creaban “música coral” persuadidos de que con ella se mantenían vivos los valores esenciales de la moral pública, el amor a la Patria y el respeto a la Ley.

Hay que reseñar, de modo claro y evidente, que La música desde los inicios de la Edad Media está íntimamente ligada a la Liturgia cristiana.

CornetaNo existe la menor duda en afirmar que la música fue el primer arte al servicio de la Semana Santa, ya desde la articulación del Año Litúrgico en la Edad Media.

Aparte de la música para la Liturgia, existen otras formas sacras que están más o menos relacionadas con la Semana Santa: La Pasión, el Oratorio o eL Miserere.

EL texto que sirve de base a las “Pasiones” es la misma historia bíblica de La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo con su actitud propiamente dramática: a) Parte narrativa (Evangelista), b) Las palabras y réplicas textuales de los personajes (Cristo, Dilato, san Pedro), y c) Las exclamaciones de la muchedumbre (turbae multae, como los judíos, soldados).

Durante La Edad Media, La Pasión se cantaba sobre monodias de estilo gregoriano, y la palabra de Cristo, la narración del evangelista e intervenciones de los demás personajes se diferenciaban entre sí por su nivel variable dentro de la escala musical. Debemos señalar que las Pasiones de los siglos XV y XVI ofrecen diferentes aspectos: La Pasión Motete, casi toda ella polifónica, y la Pasión dramática, o responsorial, donde el Chantre alterna con el coro, mientras que los escritos evangelistas estaban expresados a una sola voz; los soliloquistas a 2 o 3 voces, y las “turbae multae” polifónicamente.

Heinrich Schüetz (1585-1672) Heinrich Schüetz (1585-1672) escribió tres Pasiones: Según san Juan, según san Mateo y según san Lucas. Juan Sebastián Bach (1685 -1750) escribió dos Pasiones en alemán: Según San Juan, y según San Mateo, que se convirtieron en monumentos incomparables de la música religiosa.

En el Renacimiento destacarán tres grandes compositores españoles de Música religiosa: Cristóbal de Morales (Sevilla, 1500-1553); Francisco Guerrero (Sevilla, 1 528- 1599) y el más famoso músico religioso de toda la historia: Tomás Luis de Victoria, nacido en Ávila en 1548, y muerto en Madrid en 1611.

Dentro deL Oratorio, que surge en el siglo XVII como una composición musical, normalmente de índole sacra, para solistas, coro y orquesta, encontramos el SEPULCRO, que se puso de moda en Viena a fines del siglo XVII. EL Sepulcro consistía en la escenificación de aLguna escena de La Pasión deL Señor en un decorado que representaba al sepulcro del Señor.

El salmo MISERERE forma parte también de la liturgia de los tres últimos días de Semana Santa. Este salmo corresponde al número 50 de la Vulgata, cuyas palabras iniciales son, precisamente, “Miserere mei, Deus, secundum magnam misericordiam tuam”. Este canto se realiza sobre una monodia de naturaleza salmódica, con Antífona.

El “Miserere” fascinó e inspiró no sólo a muchos músicos, especialmente los relacionados con la Capilla Sextina.

A lo largo del siglo XIX la importancia de la música religiosa decayó rápidamente, de manera especial en España tras la “Desamortización de Mendizábal”. La música apenas tuvo alguna obra destacada, salvo las composiciones religiosas deL jesuita P. José Ignacio Prieto, Maestro de Capilla de la Universidad Pontificia de Comillas. En Málaga sería don Eduardo Ocón (1843 -1901) el que llenaría el gran vacío de su época y, aún todavía, se sigue interpretando su famoso “Miserere” en la Semana Santa de Málaga.

Es triste saber que en la actualidad apenas se compone música religiosa para la Semana Santa, quedando ésta reducida a las “Marchas” para el acompañamiento de los diferentes tronos que se procesionan.

La música, sin la menor duda, es el camino más corto para acercarnos a la misma divinidad.