Almodóvar del CampoEn estas fechas,  tan mágicas y especiales de NAVIDAD, hemos querido hacer una entrevista, también especial.

Nos gustaría entrevistar, no a una  persona, ni a un pequeño grupo. Tampoco a un colectivo, sino a todos los cristianos de nuestro pueblo. Almodóvar del Campo.

Los primeros personajes en esta entrevista son:

  • LOS NIÑOS, nuestros niños. Esos pequeños que cada semana asisten a su catequesis, a sus clases de religión, en sus distintos colegios. Niños que cada domingo, al escuchar el sonar de las campanas, solos o acompañados de sus padres, acuden a la Eucaristía.Pequeños que aprenden sus primeras oraciones de labios de sus abuelos y padres.
  • LOS JÓVENES. Esos chavales valientes, que en el mundo de hoy, se atreven a decir en voz alta que son creyentes. Que siguen a Jesús, Su modelo. Que se confirman en su Fe. Tras una seria e intensa formación.
  • LOS ADULTOS. Trasmisores de la Fe y los valores de nuestra comunidad cristiana. Responsables día a día en nuestros diferentes puestos de trabajo, dando testimonio de esfuerzo, voluntad y coraje.
  • NUESTOS MAYORES. Fuente de sabiduría y consejo. Sus ojos reflejan los difíciles momentos vividos, que han sabido afrontar con el apoyo de su Fe.  Que renuevan y  fortalecen con el alimento de los sacramentos.

Las respuestas a las preguntas de esta entrevista, se contestan desde la profunda intimidad del silencio.

 
EL ESTABLO

El establo“Jesús, nació en un establo.

Un verdadero establo, no el alegre portalito que los imagineros diseñan: limpio, amable, gracioso de color.

El verdadero establo es oscuro, descuidado, mal oliente.

No nació Jesús en un pesebre por casualidad.

Entre los hombres buscó a los sencillos; entre los sencillos a los niños”.

                                                                                                                                      Giovanni Papini

P.- ¿Cómo es el pesebre que hemos construido, cada uno de nosotros,  para que nazca Jesús?

R.- Desde el silencio. 

LOS PASTORES

Los pastores“Aunque el Ángel no hubiese anunciado el gran acontecimiento, ellos hubieran corrido al establo para ver al hijo de la extranjera.

Los pastores viven casi siempre solitarios y distantes. No saben nada del mundo lejano y de las fiestas.

Vigilan a los rebaños en sus largas noches de solsticio cuando les estremecieron la luz y las palabras del Ángel.

Y apenas vieron, en la escasa luz del establo, una mujer joven y bella, que contemplaba en silencio a su hijito, y vieron al niño con los ojos abiertos en aquel instante. Un nacimiento, el nacimiento de un hombre, un alma que viene a sufrir con las otras almas, es siempre un milagro, que estremece aún a los sencillos que no lo comprenden.

Los pastores ofrecieron lo poco que tenían, lo poco que, sin embargo, es mucho si se da con amor.

Y aquel nacido no era para aquellos que habían sido avisados, un desconocido, un niño como todos los demás, sino aquel que desde hacía mil años era esperado por su pueblo”.
                                                                                                                                      Giovanni Papini

P.-  Los pastores ofrecieron a Jesús Generosidad y Amor. ¿Que llevaremos nosotros esta Navidad?

R.- Desde el silencio.

LOS TRES REYES MAGOS

Los Tres Reyes Magos“Algunos días después, tres magos se arrodillaban ante Jesús.

Llegaban desde Caldea. Tal vez de Ecbatana, o de las orillas del mar Caspio. Habían vadeado el Tigris y el Eúfrates, atravesando el gran desierto de los nómadas, bordeando el mar Muerto.

Una estrella nueva, semejante al cometa que aparece de cuando en cuando en el cielo para anunciar el nacimiento de un profeta.

Arrodillados, envueltos en sus suntuosos mantos reales y sacerdotales, sobre la paja del estiércol, ellos, los poderosos, los doctores, los adivinos, se ofrecen así mismos en prenda de la obediencial del mundo”.

                                                                                                                                      Giovanni Papini 

P.- Tres hombres importantes, poderosos, sabios, adivinos. Dejan todas sus ocupaciones. Para encontrar  “La Luz”.
¿Acompañamos nosotros a los Magos, haciendo hueco en nuestras vidas  para buscar a Jesús?

R.- Desde el silencio.

HERODES EL GRANDE

Herodes El Grande“Era un monstruo, no era hebreo, no era griego, no era romano. Era idumeo: un bárbaro que se arrastraba ante Roma y halagaba a los griegos para asegurarse mejor su dominio sobre los hebreos. Hijo de un traidor. Era lujurioso, desconfiado. Impío, ávido de oro y gloria. No tuvo nunca paz, ni en su casa, ni en Judea, ni consigo mismo.

Cuando supo por los Magos que un Rey de Judea, había nacido, su corazón de bárbaro, intranquilo, se sobresaltó. Viendo que no volvían los Magos Astrólogos a mostrarle dónde había aparecido, el nuevo nieto de David ordenó que fuesen muertos todos los niños de Belén. Incluso mandó a uno de sus propios hijos, que se criaba en Belén.

Nadie supo nunca cuántos fueron los niños sacrificados al miedo de Herodes.

Esta inmolación de inocentes entorno a la cuna de un inocente; este holocausto de sangre, por un recién nacido que ofrecerá su sangre por el perdón de los culpables; este sacrificio humano por aquel que a su vez será sacrificado, tiene un sentido profético. MILES Y MILES DE INOCENTES HAN DE MORIR DESPUÉS DE SU MUERTE SIN MÁS DELITO QUE EL DE HABER CREIDO EN SU RESURRECCIÓN.

Eran inocentes y han quedado inocentes para siempre.

Poco después, el mismo Herodes, abandona la vida asaltado por males asquerosos. Vivo aún, corrompiéndosele el cuerpo; los gusanos, le roían sus miembros; hedíale la boca insoportablemente.

Repugnante a sí mismo, intentó matarse”.

                                                                                                                                      Giovanni Papini

P.- Herodes prefirió no enfrentarse a Roma y tener por amiga a Grecia, para asegurarse su sillón del trono.
Mató incluso a su propio hijo por no perder su comodidad.
¿Hay hoy Herodes? ¿Podemos de alguna manera, ser cómplices de Herodes?

R.- Desde el silencio.

LA HUIDA A EGIPTO

La huida a EgiptoApenas se hunden en la oscuridad las casas de Belén y se encienden las primeras luces, la Madre sale a escondidas. Estrecha contra el pecho a su hijo, su riqueza, su dolor.

Escondida, como una fugitiva, como una perseguida, como si fuese a robar. Y roba una vida al rey; salva una esperanza al pueblo.

P.- ¡Cuántas madres llegan hoy, con sus hijos en los brazos. Llegan en  pateras a  nuestras costas en la oscuridad de la noche; muertos de sed y de frío. En busca de una esperanza!

¿Cómo recibirían en Egipto a José, María y el Niño, cuando los vieran aparecer a lomos de su borriquillo?

R.- Desde el silencio.

 

Al principio, Dios quiso poner un belén y creó el universo para adornar la cuna.

¡¡ Que todos nos sintamos parte de ese belén!!

¡FELIZ NAVIDAD!