Rafael Serrano Castro, secretario general de Manos UnidasEste próximo viernes, día 22 de octubre, en el Teatro Campoamor de Oviedo, tiene lugar la entrega de los premios Príncipe de Asturias 2010. Junto a la selección española de fútbol y otros destacados galardonados, la organización católica de Manos Unidas, al cumplir medio siglo de existencia, recibe el premio a la Concordia. En el contexto de este galardón, conversamos con Rafael Serrano Castro, secretario general de Manos Unidas desde hace más de media docena de años.

P.- ¿En qué consiste el cargo de secretario general de Manos Unidas?

R.- La figura del secretario general es un cargo de confianza, tanto de Manos Unidas como de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que es la que hace su nombramiento; ejerce una función ejecutiva y de continuidad, ya que puede ser reelegido las veces que sea necesario y su función consiste principalmente, en la coordinación y gestión de las distintas áreas  y departamentos de la organización. Esta sería de manera muy sintética la definición de la figura del secretario general, pero en la práctica, el secretario general está inmerso en toda la actividad de la organización implicándose en cuerpo y alma en la tarea solidaria y sociocaritativa de Manos Unidas.

P.- ¿Qué significa, qué aporta qué supone este premio? Y a qué compromete?

R.- Además del reconocimiento, un nuevo impulso para nuestro trabajo en todas las delegaciones y diócesis de España y una enorme responsabilidad que nos obliga a trabajar más duro, porque no queremos, ni podemos defraudar a todos los que nos han dado su apoyo y reconocimiento, incluidos nuestros destinatarios y socios locales que trabajan conjuntamente con Manos Unidas para salir de la situación de pobreza y marginación en la que viven en su países.

Este premio también nos impulsa a afianzar nuestra identidad católica y las motivaciones profundas de fidelidad al Evangelio que impulsan nuestro trabajo. Y eso es lo que queremos resaltar con este premio, que Manos Unidas no es simplemente una agencia de cooperación, sino una organización cristiana, que por fidelidad a Jesucristo, quiere seguir trabajando a favor de los que más lo necesitan junto con nuestros destinatarios como un trabajo entre iguales, pues son ellos los verdaderos protagonistas de su propio desarrollo.

Manos Unidas - 50 aniversarioP.-Por cierto, que la materialidad del premio, 50.000 €, la dotación económica, creo que la vais a destinar a Haití. Cuéntanos.

R.-Aunque son muchas las necesidades existentes en diferentes países, nos parecía que podía ser un gesto importante, destinar íntegramente la cuantía económica del premio a un solo proyecto y decidimos que fuese Haití, ya que como todos sabemos, la urgencia de reconstrucción de este país es grande.

Y junto con la congregación de “María Inmaculada” vamos a financiar un proyecto en el municipio de “Coteaux” que consiste en dotar a los campesinos de semillas, herramientas y otros insumos para la producción, además de capacitación y administración del proyecto. Por otra parte, Manos Unidas lleva trabajando en Haití más de treinta años desde que sucedió la tremenda catástrofe, hemos destinado tres millones trescientos mil euros a 17 proyectos de atención humanitaria en los primeros momentos y 11 proyectos de reconstrucción en viviendas actividades productivas.

P.- ¿Por qué este premio? ¿Por qué en el apartado de concordia?

R.- Además este premio es un galardón que se identifica plenamente con nuestros objetivos, ya que se concede a la persona o a las instituciones cuya labor haya contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a convivencia en paz entre  hombres, a la lucha con la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o la defensa de la libertad, que es en definitiva, lo que viene realizando Manos Unidas a lo largo de sus 50 años.

P.- Manos Unidas no desarrolla proyectos propios, sino que financia los que ofrecen garantías, ¿cómo lo hacen?

R—Es un proceso que tiene múltiples implicaciones pero de manera muy simplificada se puede sintetizar lo siguiente: nosotros recibimos  solicitudes de ayuda de nuestros socios locales y tras un estudio de la viabilidad del proyecto presentado, entablamos las relaciones necesarias para perfilar definitivamente el proyecto que será presentado a la Comisión Permanente para su aprobación definitiva; después se establecen unas relaciones de seguimiento y asesoramiento, hasta la finalización del proyecto financiado.

Pero para Manos Unidas lo verdaderamente importante no son los procedimientos técnicos, sino el trabajo conjunto que realizamos que posibilita una cooperación entre iguales en la que todos intervienen, formando parte de un proyecto global de transformación no sólo en términos de crecimiento económico, sino también en términos de desarrollo humano.

Fundación Príncipe de AsturiasP.- ¿Se nota la crisis económica en España a la hora de la recaudación de fondos para Manos Unidas?

R.- Una crisis como la actual se nota en todos los ámbitos de la sociedad española. No obstante, conviene señalar que Manos Unidas tiene unos donantes, un número muy elevado de socios muy conscientes de las implicaciones sociales de la fe cristiana.

También colaboran con Manos Unidas muchas personas desde una perspectiva altruista, todos nuestros donantes, socios, voluntarios y colaboradores, son personas muy sensibles a la justicia social y muy comprometidas con las situaciones de subdesarrollo, de pobreza y de marginación

Por eso esperamos que el descenso en la recaudación que se espera como consecuencia de la crisis sea el menor posible, para seguir ayudando de forma generosa a nuestros hermanos más necesitados de los países en vías de desarrollo.

P.- ¿Y la crisis generacional, y de fe y de vigor del laicado español, columna vertebral de Manos Unidas?

R—En cuanto a la crisis generacional y de fe, tanto el envejecimiento de la sociedad española y europea, como la extensión y consolidación de las corrientes laicistas, son datos suficientemente contrastados que traerán problemas añadidos a los actuales y plantearán nuevos retos al conjunto de la sociedad y al laicado cristiano en particular.

Sin embargo, gran parte de las actividades de sensibilización y de solidaridad que realiza Manos Unidas, es muy bien aceptada en los ámbitos juveniles y son muchas las asociaciones y movimientos de apostolado seglar, que consideran a Manos Unidas como obra propia de la Iglesia con la que se sienten identificados.

De hecho colaboran y vienen a Manos Unidas personas de muy distintos carismas que se sienten muy identificadas con nuestro quehacer y con nuestra tarea.

Manuel Muñoz

(Extracto de la entrevista publicada en Rvta. “Ecclesia” del día 16 de Octubre de 2010)