Johann Sebastian BachBach era un compositor del Barroco. En música, este período se extiende de 1600 a 1750.

Según la practicaron sus más grandes representantes, la música barroca tiene acentuadas cualidades manieristas: misticismo, exuberancia, complejidad, decoración, deformación, el aprovechamiento de lo sobrenatural o grandioso, todo entremezclado.

Si el Renacimiento representaba el orden y la claridad, el Barroco presenció el ascenso de la armonía de cuatro partes y el bajo cifrado o bajo integral, el cual era para Bach un sistema descendido del Altísimo.

Así decía: “es el fundamento más perfecto de la música con el fin de obtener una armonía bien sonante a la gloria de Dios y el permisible deleite del espíritu; y el propósito y la razón definitiva no debe ser otro que la gloria de Dios y el deleite de la mente”.

El Barroco fue el ascenso de las formas que conducirían a la sonata, la sinfonía, el concierto, la obertura y la variación, pero también poseía sus propias formas: la tocata, la fantasía, el preludio y el ricercar.

Fue el período que asistió al ascenso de una burguesía culta.

La música comenzó a difundirse de la corte y la iglesia a la ciudad, donde muchos ciudadanos de la burguesía empezaban a reclamar entretenimientos musicales.

Éstos fueron los antecesores de los actuales conciertos públicos.

Se formaron academias musicales, e incluso los cafés ofrecieron programas musicales con el fin de satisfacer a sus clientes.

(Bach participó en un proyecto de este tipo dirigiendo durante muchos años los conciertos semanales del café de Zimmermann, en Leipzig, los viernes por la noche, de 20 a 22 horas.)

Johann Sebastian BachCon Bach la música barroca llegó a su culminación.

Bach resumía todo lo que había existido antes, y anticipaba mucho de lo que vendría.

Conocía toda la música antigua gracias a Palestrina, Frescobaldi y Legrenzi; la nueva música a través de Vivaldi, Telemann y Albinoni.

Los músicos tan geniales como Bach, Mozart o Schubert no necesitan mucha instrucción; tienen mentes que absorben y asimilan todos los impulsos musicales; sólo requieren que les señalen la dirección apropiada y que se les imprima un pequeño impulso.

Así ocurrió con Bach. Su música exhibe infinita diversidad.

En el peor de los casos, exhibe signos de apresuramiento y de impaciencia, y entonces es evidente que está aplicando una fórmula para satisfacer los reclamos de una ocasión determinada.

Pero en general el nivel es muy alto, y en las mejores expresiones su música representa la culminación del arte.

Bach podría aplicar las fórmulas del momento y lograr que parecieran nuevas y originales, porque eran sus fórmulas.

La mente musical de Bach no era convencional. Su obra siempre abunda en sorpresas: algo inesperado, algo que se aparta de la norma, algo que nadie más que Bach pudo haber soñado en vista del material.

Si la mayoría de los compositores de su tiempo se limitaba a las reglas, Bach fijaba las reglas, tomó las formas que la música le aportaba, y las amplió, modificó y perfeccionó de manera constante. (compuso conciertos para órgano, violín y clave, a menudo a partir de las obras de otros compositores, y en el proceso les incorporó su propio genio).

Es también una música que está vinculada con la religión; Bach creía que la música era una expresión de la divinidad.

Comenzaba sus partituras de música sagrada con las letras JJ (Jesu Juva, “Ayúdame, Jesús”) y las cerraba con las letras SDG (Soli Deo Gloria, “sólo a la gloria de Dios”).

Es necesario tener presente varios aspectos cuando se examina la reputación de Bach después de su muerte.

Clavelaud de Johann Sebastian BachLa representación de conciertos públicos estaba en un estado incipiente, cuando se conseguía ofrecer algún concierto era generalmente fruto de los esfuerzos de un compositor que deseaba presenta su propia música.

Hasta el período romántico la música era un arte contemporáneo, interesado en lo que estaba sucediendo y no en lo que había sido.

La música del pasado suscitaba escaso interés, pero el poder de la música de Bach era tan grande que muchos músicos profesionales la conocían, e incluso sucedió que su música quebró la tradición, pues se la mantuvo en el repertorio de Leipzig.

Johann Friedrich Doles, alumno de Bach, continuó ejecutando la música de su maestro en los servicios religiosos.    

Doles también mostró a Mozart algunas partituras de Bach, y Mozart se entusiasmó. Las estudió, arregló parte de la música, y sufrió la intensa influencia del contrapunto de Bach.

En Viena, el barón Gottfried van Swieten fue el jefe de algo que vino a convertirse en un culto de Bach. Mostró a Mozart y a Haydn partituras de Bach, y organizó reuniones musicales en las cuales se ejecutaba música de este gran genio.