Nada te turbeNada te turbe,
nada te espante;
todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
Sólo Dios basta.

Eleva el pensamiento,
al cielo sube;
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande;
y venga lo que venga,
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámale cual merece,
Bondad inmensa;
pero, no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma;
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

De infierno acosado
aunque se viere
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro
nada le falta.

Id, pues, bienes del mundo,
id, dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta .

Algunos editores dan como auténtica esta composición, así el P. Efrén. Pero, parece que es una glosa sobre la estrofa de la madre Teresa: «Nada te turbe»

Ayúdame a decir la verdad

Señor…

… Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.

Ayúdame siempre a ver la otra cara de la moneda,
no me dejes inculpar de traición a los demás
por no pensar igual que yo.

Enséñame a querer a la gente como a mí mismo
y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo,
ni en la desesperación si fracaso.

Más bien recuérdame
que el fracaso es la experiencia
que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar
es un signo de grandeza
y que la venganza
es una señal de bajeza.

Si me quitas el éxito,
déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente,
dame valor para disculparme,
y si la gente me ofende,
dame valor para perdonar.

¡Señor… si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!

Mahatma Gandhi