Desde la parroquia deseamos felicitar la pascua de resurrección a todas las familias de Almodóvar, especialmente a los enfermos, a los ancianos y a quienes no pueden sumarse a las celebraciones y a las actividades de la parroquia.
A este respecto, creo que es importante notar que el hecho de que haya fieles que no puedan participar en estos ámbitos a los que acabo de referirme, no significa que no estén participando de la vida parroquial, porque ésta no abarca únicamente a las celebraciones litúrgicas ni al desarrollo de las acciones pastorales.
Cuando un anciano imposibilitado reza en casa, está participando de la vida de fe su comunidad. Cuando un cristiano vive en la fe situaciones familiares o laborales que le impiden sumarse a las actividades parroquiales, también está realizando la vida cristiana. De igual modo, cuando alguien está dedicado a atender a un enfermo, también está llevando a cabo la misión evangélica de la parroquia.
La Pascua de resurrección no es un tiempo de celebración alegre y esperanzada sólo para aquellos a quienes la vida les va bien o pasan por una etapa de su vida exenta de problemas o dificultades. El mensaje pascual nos dice que la creación entera y todas las situaciones humanas están habitadas germinalmente por la vida del Resucitado que ha vencido el mal, el dolor y la muerte.
Gracias a Jesucristo vivo todas las cruces humanas están resucitando. Todas las dificultades tienen su compañía y su sostén. Todas las situaciones de muerte y sufrimiento están habitadas por su presencia. Cristo resucitado ha creado una nueva manera de vivir gracias a que su presencia actúa en toda la realidad. Él es como el sol, que desde lo más alto llega a lo más íntimo de la tierra y de las personas para dar la luz y el calor que hacen posible la vida. ¿Qué sería de la vida si un día y otro no saliera el sol?
La Pascua es un tiempo para ver y creer; para descubrir al Señor en todas las cosas, las personas y los acontecimientos. La fe es el lenguaje para comunicarnos y contactar con el Resucitado. Pero, además, la Pascua es un tiempo para actuar cooperando con la obra de salvación que Cristo está realizando permanentemente. Los primeros apóstoles, invocaban el nombre de Cristo y, movidos por su fuerza, realizaban obras que despertaban la fe en los demás.
Acojamos con fe estas palabras de Jesús y animados por ellas, hagamos que se note que es Pascua: «El que crea en mí, hará las mismas obras que yo hago y aún mayores.»