«Sien medio de las adversidades persevera el corazón con serenidad, con gozo, con paz, esto es amor»
Stª Teresa de Jesús
P. – Presentamos al Padre Ángel, Carmelita y predicador en la novena de Nuestra Señora del Carmen. Julio del 2013.
R. – Nací en Figueras, porque mis padres estaban destinados allí, pero mis raíces son de Salamanca. Soy el mayor. Tengo una hermana y un hermano.
Hemos vivido en muchos lugares por el trabajo de mi padre. Esto tiene sus ventajas e inconvenientes. Allá a donde vas, siempre estás con tu familia, que es lo verdaderamente importante, luego te adaptas a las nuevas circunstancias y lugares, conoces a muchas personas y haces muchos amigos.
La vida luego continúa igual. Uno de fraile tiene que estar cambiando…
P. – ¿Qué quería ser de mayor, futbolista o sacerdote?
R. – Como futbolista no destacaba. En el recreo cuando seleccionaban a dos grupos, los mayores iban eligiendo a los que consideraban los mejores y a mi siempre me cogían el último.
No tenía nada definido. La vocación fue un planteamiento casi tardío, fue estando en C. O. U. al terminar el bachillerato. Comencé entrando en un grupo parroquial y al año ingresé en el seminario de Cuenca.
Mi ambiente familiar siempre fue el de una familia profundamente religiosa.
P. –Dónde se ordena sacerdote.R. –Me ordené en Cuenca y he sido quince años sacerdote diocesano, en la diócesis de Cuenca.
Luego ya, vino el planteamiento, más de vida religiosa y es cuando entré en el Carmelo. En Carmelo llevo quince años.
P. – ¿Qué le llama a ser Carmelita?
R. – Mi familia siempre ha sido muy carmelitana. Mi padre estudió en el colegio de Los Carmelitas de Medina del Campo. El Planteamiento de ser Carmelita viene después, son pistas que te va dejando el Señor… Es una semilla que queda ahí y cuando llega el momento que tiene que germinar, germina.
P. – Actualmente, vive en Los Carmelitas de Madrid. Cómo es un día normal, por Madrid.R. – Es que no hay días normales. Estoy en la casa provincial, (en la plaza de España). Mi tarea es la de secretario provincial. Llevo la agenda del provincial y toda la burocracia que esta gran tarea lleva consigo. Facilitando en lo que se puede la mucha responsabilidad que la casa provincial tiene.
Conllevo esta labor con algo de apostolado; como confesor de alguna comunidad religiosa, como asistente religioso de un grupo nuestro, que es «el hogar del Carmen», también retiros y lo que nos piden.
P. – ¿Qué supone para Vd. El venir a predicar esta novena a La Virgen del Carmen. Conocía Almodóvar del Campo?
R. – A Almodóvar he venido de paso, a través de Javier de María, vuestro paisano, fraile Carmelita. También para el jubileo, vinimos los de plaza de España, por Pascua.
En estos días, que me habéis dado la oportunidad de conoceros y acercarme a vosotros, al pueblo de Almodóvar.
P. – Cómo enseñar a nuestros hijos a amar a María, nuestra Madre.R. – El amor a María es fundamental sentirlo y vivirlo, porque lo que tú amas lo contagias. La devoción a la Virgen María, bajo una advocación u otra no es un lujo en nuestra vida de cristianos, sino que es algo esencial, no podemos ser cristianos o seguidores de Cristo sin ese amor maternal a la Virgen.
A mí me da la impresión que es el cariño, el que hace que yo sea capaz de «inventar» modos o formas de acercar a los demás.
P. – En Almodóvar del Campo, aprendemos de nuestros padres, como los recién nacidos se les traen a los pies de la Virgen del Carmen.No en vano, desde antiguo existen dos hermandades a la Virgen del Carmen, una de hombres y otra de mujeres.
R. – Es fundamental la labor con los niños, cómo se les habla, cómo se les cuentan las cosas…
El otro día se me acercaron dos madres, de aquí, con dos niños chiquitines, uno en el carrito. Decía una de las madres: «es que se ha empeñado la niña que tiene que cantar un mayo» y decía el niño: «me tiene cansado con los mayos, porque yo soy más de Santa Brígida Bendita». Si este clima se ve en la familia… se tiene esa devoción a la Virgen… se acude a sus actos…
Cuando ves a un niño cómo acude a contarle sus cosas a la Virgen y le pide con ese afecto de niño…
Todos sabemos que en la vida vienen distintas etapas, vienen los vaivenes de adolescencia, la juventud…
Pero cuando se conoce la casa del Padre y el camino, ya puede volver. El problema es cuando yo no conozco que tengo una Madre, cuando yo no conozco el camino hacia Ella.
P. – La adolescencia, la juventud. Una etapa de las más difíciles.R. – Hemos de comprender que la adolescencia es también, un periodo de confrontación con los padres, una lucha diaria por afianzarse. En cierto modo no debemos extrañarnos que ese mismo adolescente, no tenga también, su periodo de confrontación con LA MADRE Y con Dios, nuestro Padre, con las cosas de La Iglesia.
Cómo hacer para que ellos vivan esta devoción y este amor a la Madre. Quizá no seamos todavía capaces de saber cómo ayudar… Hay que fiarse. Cuando nosotros rogamos en la oración a María, es por nuestros jóvenes. Mantener esa presencia cercana. Es puro Evangelio «Ser luz del mundo y sal de la tierra». Luego dará o no dará fruto.
Seguir fundamentando lo que es el evangelio, la presencia de María.
P. – Desde su palabra como predicador, ¿cómo la presenta a los que no la conocen?
R. – Hay que presentar a la Virgen, tal y como sale en el Evangelio, porque así es como puedo reconocer en ella a mi Madre, me puedo sentir hijo de ella. Fijaos en todas las dificultades por las que una mujer pasa en la vida… Ella lo ha vivido… María no es ajena a nuestra experiencia de vida; es hija obediente, es madre entregada, esposa humilde. Es emigrante, exiliada. Es viuda. Ve a su hijo morir… y encima, como malhechor. Lo vería antes triunfar, ante multitudes que le siguen y lo aclaman.
María es, la Madre que con su presencia se adecua a lo que necesita el hijo o el amigo en cada momento.
El secreto del amor, no es tanto el amar al otro como yo quiero, sino como el otro necesita ser amado.
La cuestión es acertar con lo que en nuestro mundo, en nuestra sociedad de hoy, puedo ayudar. Es que hay que predicar a nuestro mundo de hoy, con las cosas buenas que tiene y con las cosas malas que tiene, también. Con lo que se ha adelantado con respecto a otras generaciones y con lo que se ha dado marcha atrás, por ejemplo en valores.
Tenemos esos grandes Santos, esa unión con el Señor, como San Juan de Ávila que fue capaz de que su palabra llegase a los corazones de la gente de su época y de hoy también.
P. – Almodóvar tiene una responsabilidad con respecto al Carmelo. Vive el comienzo de la Reforma del Carmelo Descalzo.R. – Qué menos que interesarnos por lo que me puedan decir esos santos, qué pueden enseñarme, qué pueden aportar a mi vida. Aprender lo que es la espiritualidad del Carmelo.
El que se interesa es porque va buscando algo más en este mundo. San Juan de la Cruz, va buscando esos manantiales o esos cauces que le llevan a ponerse en contacto con el manantial.
No nos conformemos con una vida plana, sino que indaguemos qué busquemos.
P. – Estamos viviendo un año jubilar en Almodóvar del Campo, con la visita de miles de peregrinos. Vamos a pedirle a la Virgen que como guías, nos ayude a mostrar a esos peregrinos el camino hacía Cristo.R. – Debemos estar convencidos de que tenemos un tesoro, aunque lo llevemos en vasijas de barro, como dice el apóstol. Nuestra fe, es un tesoro. Que el haber entrado en contacto con estos santos de Almodóvar, el leerles, el conocerles y vivir la espiritualidad de que Dios está en nosotros, nos trata a todos de amistad con Él…
Mis hermanos, peregrinos que pasan por aquí, por Almodóvar están, también buscando… Sean o no conscientes de ello, están buscando: el alcanzar la plenitud, tener paz, ser felices, hacer algo en la vida…
Yo tengo un tesoro que me han dado y puede ayudar a mi hermano, que él también lo necesita.
Tener la convicción de que entre los peregrinos tenemos que ayudarnos. Que a veces podemos pensar, a ver cómo me va a responder el otro… tendré que adecuar mi mensaje de una forma sencilla, con humildad, a ver cómo me va a tomar el que me escucha, a ver cómo me va a calificar…
Hacéis algo hermoso, si luego, alguien, piensa de forma no adecuada, si os califican de algo… no os importe. Lo habéis hecho con amor, con humildad, de la mejor manera posible, seguid adelante, ofrecédselo a Dios.
Lleváis la buena noticia, como los apóstoles que contaban que Jesús estuvo con ellos, que le escucharon, que compartieron su comida, que murió, pero que ha resucitó. Eso es así y hay que contarlo, aunque me pusieran en la tesitura de perder, incluso, la vida, no puedo decirlo de otro modo. Ocurrió así y así hay que contarlo.
P. – Nos está animando, nos está aconsejando, nos está diciendo que nosotros, también tenemos que evangelizar, no dejárselo todo a los sacerdotes.
Todos tenemos que arrimar el hombro. En el camino, el sacerdote tiene esa labor tan importante… Tenemos que pedir mucho, mucho, mucho por nuestros sacerdotes. Estad siempre a su lado. Pensad, si el Señor me ha mandado a mí este pastor es porque tiene que aportar algo, tiene que enseñarme algo.
Pedid mucho por la santidad de nuestros sacerdotes y desde la confianza en Dios, tenemos todos que arrimar el hombro, ellos como pastores y vosotros como fieles, tenemos que estar comprometidos.
Nuestra gratitud al Padre Ángel por sus palabras llenas de amor.