El Papa Francisco ha atraído la atención de todo el mundo, creyente y no creyente. Me llamó la atención lo que dijo el famoso cantor inglés Elton John:
«El papa Francisco es para la Iglesia la mejor noticia desde varios siglos hasta hoy. Este hombre, él solo, ha conseguido acercar de nuevo las gentes a las enseñanzas de Cristo. Francisco es un milagro de humildad en la era de la vanidad. Está haciendo llegar su mensaje más allá de los ámbitos eclesiales, hasta los más marginados de la sociedad».
Como buen latinoamericano corre por sus venas la devoción mariana. Por eso no me extraña que, al día siguiente de ser elegido Obispo de Roma, visitara la imagen de la «Virgen, Salud del Pueblo Romano» y le llevó un ramo de flores. Hemos escuchado que este gesto lo ha repetido varias veces por distintas motivaciones.
Hay otra faceta mariana que me ha llamado la atención: la devoción a «la Virgen de los Nudos». María es la que desata los nudos que nosotros hacemos en la vida o los nudos que nos hacen los demás.
El P. Bergoglio en la década de los 80, durante su estancia en Alemania por motivo de estudios, descubrió esta imagen de la Virgen, del pintor alemán Melchior Schmidtner en el siglo XVIII. Esta imagen se encuentra en la iglesia de los jesuitas en Augsburgo.
Cuando llegó a Argentina, el futuro Papa, comenzó a difundir esta devoción y trabajó para edificar un santuario dedicado a «la Virgen desatadora de nudos». La iniciativa fue exitosa y fue entronizada en presencia de millares de fieles.
Esta devoción mariana: «La Virgen de los Nudos» prendió hondamente en el pueblo argentino. El cardenal Bergoglio explicaba que la Virgen desata los nudos de la culpa, de los males. «Todos tenemos nudos en el corazón, carencias, y pasamos dificultades. Nuestro Padre bueno, que distribuye la gracia a todos sus hijos, quiere que nos fiemos de ella, que le confiemos los nudos de nuestros males, los enredos de nuestras miserias que nos impiden unirnos a Dios, para que ella los desate y nos acerque a su Hijo Jesús. Este es el significado de la imagen».
A continuación copio el texto de la «Oración a María que desata los nudos» que imprimió y difundió en Buenos Aires el Arzobispo Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco:
“Santa María, llena de la Presencia de Dios,
durante los días de tu vida
aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre,
y el Maligno nunca fue capaz
de enredarte con sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo intercediste
por nuestras dificultades y,
con toda sencillez y paciencia,
nos diste ejemplo de cómo desenredar
la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra,
pones en orden y haces más claros
los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
Tú que con corazón materno desatas los nudos
que entorpecen nuestra vida,
te pedimos que nos recibas en tus manos
y que nos libres de las ataduras y confusiones
con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo,
líbranos de todo mal, Señora nuestra,
y desata los nudos que impiden nos unamos a Dios,
para que, libres de toda confusión y error,
lo hallemos en todas las cosas,
tengamos en él puestos nuestros corazones
y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. Amén.