Comenzamos el año 2015 poniendo nuestras vidas y deseos en las manos de Dios. Los comienzos de etapa sirven para evaluar los últimos tramos recorridos y para relanzar reformas y nuevos objetivos.
No hay ninguna ley externa al hombre que obligue a esto, pero la estructura interna de la persona lleva inherente estos mecánicos reguladores susceptibles de ser actuados, sobretodo, en momentos clave del calendario anual. Algunos ejemplos claros a este respecto los encontramos en la dinámica de la espiritualidad cristiana, especialmente en los tiempos denominados «fuertes», como son el adviento y la cuaresma, en los que somos invitados a revisar, reformar y actualizar nuestro seguimiento.
Si queremos caminar por la vida como peregrinos y no como vagabundos, el comienzo del nuevo año se nos brinda como una ocasión propicia para evaluar y relanzar nuestros horizontes vitales.
Como todos sabemos, llegamos a la pasada Navidad con la culminación de las obras de restauración de la fachada y la entrada de la casa natal de san Juan de Ávila. Aunque en el próximo número del periódico ofreceremos un artículo explicando la trayectoria de estas obras, ya en estas líneas ponemos de manifiesto la satisfacción general con el resultado conseguido.
Los largos meses de trabajo pormenorizado han ofrecido un resultado final que nos hace sentir alegres por haber podido poner -un poco más-en valor las huellas de nuestro santo Doctor en su pueblo natal. El nuevo año comienza también con las fiestas tradicionales de san Antón y, después, san Sebastián.
Como todos los años, las imágenes de estos santos y sus ermitas estarán preparadas para celebrar estas fiestas que otorgan identidad y sabor a sus barrios. Aunque todas las ermitas del pueblo y sus enseres son parte del patrimonio parroquial, agradecemos la colaboración tanto de los fieles de los barrios, como de las asociaciones de vecinos que ponen todo el esmero y la ilusión por cuidarlas y por mantener estas fiestas tradicionales.
Que el nuevo año que empezamos llene de bendiciones a todas las familias de Almodóvar y que, a través de estas líneas, los enfermos, a los ancianos y quienes no pueden salir de casa, reciban el abrazo cordial y fraterno de la parroquia expresándoles nuestros mejores deseos y nuestra oración continua por ellos.