¿Dudar de qué..? ¿Del credo que me anuda
a tu sombra, Señor..? ¿Sombra..? ¿O Idea
que yo oscurezco, aunque oscuro sea
el escondido soplo de tu ayuda..?
¿Dudar de Ti, en tanto no te vea
la ley de mi razón, pobre y desnuda..?
(Sé que estás en el fondo de mi duda,
haciéndome dudar para que crea.)
Así, entre escasa luz y mucha sombra,
soy duda que se calla o que te nombra
si, apagada mi fe, no está acabada.
Porque dudando, ¿no he de hallar el modo
de cómo, cuando dudo que eres Todo,
llego a dudar incluso que soy nada..?
Mi nada que, dudando
de mi duda, Señor, en Ti se afirma
cuando, aunque dude, todo me confirma
que, por dudarte, no te estoy negando.