Es un hombre delgado y frágil. Hace meses fue bautizado por el Papa Benedicto XVI en la Vigilia Pascual. Tomó el nombre bautismal de "Cristiano". Nació en Egipto hace 55 años y fue militante de izquierda italiana durante varias décadas. Ha presentado su libro "Vender el miedo" en Ediciones Encuentro. Periodista de profesión en el diario milanés "Corriere Della Sera". Sobre sus espaldas pesan varias sentencias de muerte por haber dejado atrás su fe islámica.
La noticia ha tenido repercusión mundial. Comentarios de distinto tipo han aparecido dentro y fuera del Catolicismo. Delante de mi tengo varios artículos que he sacado de Internet. Incluso una entrevista que ha ofrecido a medios occidentales. El caso bien merece un comentario.
Otro dato significativo es que los Carabinieri italianos lo escoltan las 24 horas, desde hace unos años. Ha llegado a afirmar: "He sufrido condenas de muerte de los extremistas y los terroristas islámicos. Recientemente, la situación ha empeorado porque a estas amenzadas se ha unido la amenaza de la extrema izquierda italiana. En el mundo islámico me han condenado como apóstata, como enemigo del Islam. Se ha pedido mi condena a muerte, pero estoy habituado a las amenazadas, no me dejo intimidar, voy adelante con mi fe."
No he podido leer su libro, me hubiera gustado pero sí tengo citas del mismo que me parecen muy significativas y que nos pueden dar una idea exacta del problema.
"Yo digo que ya es hora de poner fin a la arbitrariedad y violencia de quienes nos respetan la libertad de elección religiosa. Millares de europeos han abrazado la fe islámica sin interferencia indebida alguna por parte de nadie. Pero también hay unos pocos miles de musulmanes que, habiendo abrazado el cristianismo, viven refugiados, de nuevo, en las catacumbas. En continuo sobresalto ante el peligro de ser hostigados o ejecutados por apostasía."
Ante la gente de Occidente que no ha visto con buenos ojos su bautismo en la Basílica de San Pedro tiene unas palabras acertadas: "No entiendo cómo es que pueda haberles causado escándanlo a mis hermanos católicos que el Papa me haya bautizado ante el mundo en la Basílica de San Pedro. el mensaje que esos católicos trasmiten es que abrazar nuestra fe es una especie de vergüenza, que debería hacerse más bien a escondidas. ¡Terrible relativismo! A mí como musulman lo que me distinguió siempre es haber sido un espíritu definido y libre. Siempre hice y dije lo que pensaba, y sé que como católico debo sertirme aún más libre para actuar en conciencia".
Magdi Cristiano Alla, gracias por tu valentía en confesar la fe que profesas. En el mundo cristiano necesitamos hombres creyentes como tú. Gracias por el testimonio de alegría y libertad que nos ofrecer a los seguidores de Jesús.