El amigo da a fondo perdido
“La amistad se hace de confidencias y se deshace con indiscreciones”, dice el prestigioso psiquiatra Enrique Rojas, en su más reciente libro, Amigos, publicado en Temas de Hoy. Habla sobre él, y otros temas, como la sexualidad y la educación.
P.-¿Qué es la amistad?
R.-Es un sentimiento positivo entre dos personas, que se inicia a través de una simpatía y estimación recíproca.
P.-¿Es fácil tener amigos íntimos?
R.- La amistad es una pirámide. La gran mayoría de las relaciones de amistad se quedan en la mitad de esa figura triangular. Los amigos íntimos se cuentan con los dedos de una mano, y, cuando se da, es un manjar extraordinario; es saber que uno cuenta con alguien a fondo perdido.
P.-¿Qué diferencia hay entre amistad y amor conyugal?
R.-La amistad es amor sin sexualidad. El amor conyugal es una gran sinfonía de sabores; cuatro notas se hospedan en su interior: contacto físico, intimidad psicológica, espiritualidad y dos biografías que se cruzan.
P.-¿Es importante la espiritualidad en los tiempos que corren?
R.- Siempre lo ha sido y lo será. Tener una visión sobrenatural de la vida es maravilloso. La persona espiritual lo juzga todo. Ortega y Gasset lo dijo al final de su vida: Dios a la vista. Y Julián Marías hablaba de la belleza de ser cristiano.
P.-Usted es padre de cinco hijos. ¿Cómo ve la educación hoy?
Educar es convertir a alguien en persona. Ser persona es tener dignidad y utilizar los tres grandes ingredientes que deben darse en ella: la afectividad, la inteligencia y la voluntad.
P.-¿El mundo está loco? ¿Hemos perdido la orientación, estamos sin brújula?
R.-Veo a mucha gente perdida en lo fundamental. El mundo está apasionante como nunca, y terrible como siempre. Se han multiplicado los tirones para sacar al ser humano de un camino sano, desde la omnipresente televisión a los demás medios de comunicación. Y el que no sabe lo que quiere y a dónde va, no puede ser feliz.
P.-¿Hay un abuso del sexo, a todas horas, en nuestra sociedad?
R.- En el mundo actual sucede lo siguiente: el hombre, fingiendo amor, lo que busca es sexo; y la mujer, fingiendo sexo, lo que realmente busca es amor.
P.-¿Entonces…?
R.- La sexualidad debe ser un lenguaje del amor. La sexualidad sin amor es como bailar sin música. Éste es un síntoma claro de que nuestra sociedad está psicológicamente enferma.
P.- La cuestión es ser dueño o esclavo de la sexualidad, ¿no le parece?
R.- Amo pobre no necesita criado, decía Sancho Panza. El gobierno mas importante es el gobierno de uno mismo.
P.-Madrid 2011, capital mundial de los valores ¿Cómo ve la futura Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, en agosto de 2011?
R.-Esperanzado. Hace unos días nos hemos reunido algunas de las personas que estamos trabajando en ese acontecimiento con el cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio Maria Rouco.
Se trata de convertir a Madrid en la capital de los valores, que todos los jóvenes y menos jóvenes, de todas las tendencias, se interesen por ese volver a descubrir la grandeza del ser humano. Queremos que participen los católicos, protestantes, judíos, musulmanes, agnósticos, ateos…, todos. Va a ser formidable.
P.-Hablemos de usted. ¿Cuál es el lema de su vida?
R.-Orden, constancia y voluntad.
P.-¿Su mayor virtud?
R.- La voluntad.
P.-¿Su mayor defecto?
R.- No saber decir que no, y la lentitud.
P.-¿Diga una frase para ponerla en su lápida?
R.-Me iría a una frase de Unamuno, de su Diario íntimo: “No darme por vencido, ni aun vencido; no darme por esclavo, ni aun esclavo”.
P.- ¿Cuáles han sido sus modelos de identidad?
R.- Tengo unos cuantos, pero me quedaría con Tomás Moro, De Gaulle, De Gasperi, Neguyen Van Thuan, Juan Pablo II, los mejores momentos del mandato de Tony Blair…
P.-¿Cómo vivió la muerte de su hijo Quique?
R.-Con resignación y mirando hacia arriba. Dios no manda las desgracias, permite que sucedan. Es el misterio de la libertad. Lloré mucho y procuré estar a todas horas al lado de Isabel, mi mujer.
P.-¿Cuál es su sueño dorado?
R.-Que el español medio tenga más educación y cultura. Educar es entusiasmar con los valores. La cultura es criterio, saber a qué atenerse; la cultura es la estética de la inteligencia.
P.-¿Es duro pasarse el día viendo a personas deprimidas, ansiosas, neuróticas, obsesivas?
R.-No; es mi trabajo. Al contrario. Dice el Eclesiastés: “Ama tu oficio y envejece en él”. Tengo un trabajo apasionante y procuro dar lo mejor de mí mismo en él, a pesar de mis limitaciones.
Tomado de la Revista Alfa y Omega 9-IV-09