Queridos amigo/as:
Hace unos días celebramos el día de todos los difuntos. Aquí es una celebración muy querida y sentida por todas las personas sean de la región que sean.
En la zona de Muisne la celebramos de esta manera. Fuimos a los diferentes cementerios, dividiéndonos en grupos. Unos cuantos catequistas y yo atendimos a dos comunidades.
Al llegar de mañana a la primera de ellas contactamos con la catequista y nos dividimos de dos en dos para visitar a las familias en sus casas e invitarles a la participación de la celebración que tendría lugar en el cementerio, además de decirles si tenían alguna intención particular por algún difunto por el cual rezar. Todas las personas anotaban a algún familiar.
En el cementerio observé como algunas personas limpiaban, otras pintaban y en general alrededor de cada tumba se sentaban los familiares encendiendo velitas y con alguna botella de agua o cola, hasta algunas con comida, pues pasan el día.
Celebramos la liturgia de la Palabra y después de comer también nos acercamos a la otra comunidad donde ya nos esperaban y aunque lloviznaba esto no fue de impedimento para que lleváramos adelante nuestra oración por los seres queridos.
Una de las catequista viuda me dijo que estaba conmovida porque se daba cuenta que esta conmemoración del día de los difuntos reunía a los miembros de su familia que en mucho tiempo no se veían y se sentía que el cariño hacia la persona difunta no lo apagaba el tiempo.
Se olía en el ambiente la comunión entre los vivos y los muertos.
Los sacramentos en nuestra parroquia se celebran en Diciembre, pues el calendario escolar aquí es diferente que en España. Este próximo fin de semana hemos convocado a todos los padres de los niños de la catequesis para que asistan a una reunión de formación que tendrá lugar en la Iglesia. Esperamos que se llene. Me gusta y estoy ilusionada porque los temas los van a dar los propios catequistas. Ellos mismos se han preparado con mucha ilusión y empeño.
Sentimos la gran necesidad de la catequesis familiar y el apoyo a las familias.
Por el momento, desde Ecuador me despido. Con cariño.