El milagro que la Naturaleza obra en el mes de Mayo, convirtiéndolo a través del agua y el sol, en un mes florido y hermoso; así obra en nosotros el Espíritu Santo si nos llenamos de Él y guardamos las enseñanzas de Jesús.
Con este ejemplo intentaba explicar a mis alumnos la acción de transformación que podemos experimentar si el Espíritu de verdad vive en nosotros.
Después de la explicación, estas son dos manifestaciones expresadas por los alumnos de primero de educación primaria, en las que exponen cómo el Espíritu puede mejorar nuestra vida y la relación con los demás para sentirnos más felices y hacer felices a los demás:
“Había un niño que sus amigos no le dejaban jugar porque quería ganar siempre. Cuando llega a su clase, que le tocaba religión, la señorita estaba hablando de Dios. Entonces, al terminar,el niño se puso contento y dijo a sus amigos: chicos, vamos a jugar al patio, que ya no voy a ser malo, amigos, pues Jesús enseñó el mandato del amor y el Espíritu Santo nos lo recuerda”
“Hay que ayudar, perdonar;
hay que respetar, hay que hacer amigos.
Jesús quiere que seamos buenos hermanos.
Aunque no veamos a Jesús, tenemos que respetar a mamá, a papá, a los abuelos, a los tíos y a los vecinos”.
Profesora: Tere Simarro