ImagePublicamos la carta que, al igual que el año anterior, el rector Pedro López de la Manzanara ha mandado en el comienzo de curso del Seminario Diocesano de Ciudad Real.

    Queridos hermanos:

Como todos vosotros, y con renovados ánimos, hemos comenzado un nuevo curso en nuestro Seminario. Y, como el año pasado, deseo acercar lo que es de toda nuestra Iglesia al corazón de todos y de cada comunidad. Para informaros, para compartir con vosotros esperanzas y preocupaciones, para insistiros en orar con vuestras comunidades al Dueño de la mies…

    El Señor nos regala un número de seminaristas semejante al año pasado: 19 en Teología, 2 en Fundamentación, 4 en Bachillerato y 26 en la ESO. Total: 51. Debemos dar gracias al Señor por todos ellos, como por los tres nuevos sacerdotes ordenados el pasado día 29 de Septiembre.

    Sabemos que no es fácil hoy la escucha de la llamada. No debemos engañarnos mirando para otro lado. Vivimos una cultura que diseña un “hombre sin vocación”, sin conciencia de haber sido llamado a la vida por Alguien y, por tanto, pensándose sólo desde sus propias opciones y decisiones para escoger camino, profesión o género. Si Dios no existe, cómo me puede llamar. Si sólo soy fruto del azar…, mi vida me la sueño, me la fabrico y me la proyecto yo. Yo me hago a mí mismo. El cristiano, sin embargo, saborea la vida como signo del amor de Dios.

    El Seminario está empeñado no sólo en acoger a quien llega “tocado” por la llamada, sino, con vosotros, a no dejar de llamar en el Nombre del Señor mientras vamos de camino… Necesitamos colaboradores para la misión.

    Pronto compartiremos y recibiréis las mediaciones que el Seminario Menor y Mayor ofrecen y proponen de cara a la promoción vocacional al ministerio ordenado… Pero no anuléis vuestra iniciativa.

    Orad, contagiad, irradiad la realidad de nuestro Seminario para que nuestras comunidades y familias cristianas se hagan tierra buena y abonada para la llamada del Señor… Vayamos creando, poco a poco, una ‘cultura vocacional’, que haga surgir la ‘pregunta’…. No hay conciencia de vocación sin fe como no puede haber fe sin vocación.

Un fuerte abrazo, Pedro