Bajó del cielo en silencio
y en María se hizo carne.
Ella guardó la Palabra
y la amasó como madre.
El pesebre se hace altar,
María lo ofrece al Padre.
El altar ya es una mesa
y el niño se ha hecho pan tierno
por la fuerza del Espíritu,
que es aliento y sacramento;
come este niño, no temas,
sáciate de Dios, agradece,
y hazte pan para el hambriento.
Viene a salvar a los hombres,
el Salvador del mundo.
Es el niño de María,
el Salvador del mundo.
Quiere salvarte a ti,
el Salvador del mundo:
Paz, amor y alegría,
el Salvador del mundo.
Yo quiero llevar al mundo
paz, amor y alegría,
yo quiero ser salvador
de la mano del Mesías,
márcame, niño divino,
con tu gracia y tu sonrisa;
que el que me vea se diga:
¿será el hijo de María?
La Navidad «es»
La Navidad no se va ni se viene,
la Navidad es y permanece.
365 días al año de Navidad,
365 días de amor y paz.
Cada alegría compartida, Navidad,
cada lágrima enjugada, Navidad,
cada amistad ofrecida, Navidad,
cada esfuerzo conjuntado, Navidad,
cada éxito logrado, Navidad,
cada encuentro y cada ayuda, Navidad,
cada perdón generoso, Navidad,
en la oración, cada palabra y silencio, Navidad.
Y comulgando con Cristo
seremos Navidad.
( Rvta. Cáritas Adviento 2011)