ANDANDO va Juan, andando
por campos de Calatrava
dejando atrás Almodovar
y no queriendo dejarla.
Lleva prisa… Va muy largo…
Pero es dura la jornada
y el sol de la vida quema
y son las sendas muy ásperas
y andando va Juan, andando,
paño burdo por sotana,
nudoso palo por báculo
y por calzado sandalias,
sin llevar nada en su bolsa,
pero llevando en su alma
unas cenizas que queman,
que él las creyó ya apagadas.
Lleva amores que se avivan,
lleva recuerdos de infancia
y unos nombres que reviven
y unas voces que le llaman
y zozobras e inquietudes
y añoranzas y nostalgias,
venidas todas del lado
de su Almodovar la amada,
la de sus hombres sencillos,
la de camperas tonadas,
la Almodovar que fue mora,
la Almodovar de la mancha,
con sombras de caballeros
y con sangre y con hazañas
de los del Temple y del Cister
y de los de Calatrava,
donde quedan amistades
donde queda vida plácida…
que él va dejando, dejando,
y no queriendo dejarla.
Andando va Juan, andando…
y son las sendas tan ásperas
y por pensar lo que piensa
tan no vio por donde andaba
que la tierra del camino
se ha metido en sus sandalias.
Ay, que va andando, va andando
por campos de Calatrava
como el que lleva un estorbo
que impide andar al que anda!
Ay, que ahora mira lo andado
y se fija en lo que falta!
Ay, que es de noche en el cielo
y es de noche en su esperanza!
Ay, qué dirán los infieles
de allende el mar que se tarda!
Ay, que no llega el apóstol
a apostolar a las almas!
¿Por qué es la tierra un estorbo
que impide andar al que anda?.
Y pensando que el camino
andando así no se acaba,
porque quiere a toda costa
darle fin a su jornada
y quiere andar por su senda
aunque su senda sea áspera
y en alas de amor de espíritu
ser espíritu, al andarla,
sin que lo impidan amores,
ni recuerdos, ni añoranzas,
ni los nombres que reviven,
ni las voces que le llaman
del lado de su Almodóvar
-tierra adherida a sus plantas-
a la vera del camino
se sienta Juan y descalza
sus dos pies con sus dos manos
y sacude sus sandalias…
Y echa a andar ya sin estorbos
con luz del alba en el alma,
dando la mano a los hombres
y a los santos y a las santas
para ir, pisando la tierra,
andando, andando a la Patria.
Pedro Muñoz Fernández, sacerdote
( del Certamen literario organizado por la Ciudad de Almodóvar el año 1940, con motivo de la beatificación de nuestro Santo Juan de Ávila)