Los Carmelitas estamos leyendo los escritos teresianos individual y comunitariamente.
Es un compromiso que han contraído toda la Orden y que se está llevando a cabo con bastante fidelidad.
Incluso experimentamos que este es el mejor fruto de un Centenario.
Santa Teresa nació el 1515 y el 2015 sería el Quinto Centenario de su Nacimiento.
Lo más efectivo para el Carmelo Teresiano, heredero de sus escritos y su espíritu, es que la palabra de Teresa resuene en su familia y en el corazón de cada carmelita.
La palabra teresiana tiene una gran capacidad de contagio. Todo lector de sus escritos, incluso el primerizo, experimenta que Teresa entra en contacto con el lector y sin darse cuenta entra en la experiencia de la Doctora Mística. Emplea una serie de recursos para que el lector quede implicado e invadido por el espíritu teresiano.
¡Qué mujer! Ya decían los que la conocieron que tenía una “linda conversación” y el tiempo pasaba sin sentirse cuando estaban en su presencia.
En realidad los escritos que nacieron de su pluma son como una gran carta amigable a sus destinatarios.
La verdad es que enganchan y uno tiene que seguir leyendo.
El mejor elogio de las obras escritas de la Santa surgió de Fray Luis de León.
Este religioso agustino, profesor de la universidad de Salamanca, no conoció personalmente a Santa Teresa pero fue un gran admirador de la obra y los escritos teresianos.
De hecho fue el primero que llevó a la imprenta los escritos teresianos.
“Yo no conocí ni vi a la Madre Teresa de Jesús mientras estuvo en la tierra; mas ahora que vive en el cielo la conozco y veo casi siempre en dos imágenes vivas que nos dejó de sí, que son sus hijas y sus libros; que, a mi juicio, son también testigos fieles, y mayores de toda excepción, de su grande virtud.
Porque las figuras de su rostro, si las viera, mostráranme su cuerpo; y sus palabras, si las oyera, me declararan algo de la virtud de su alma”
Las obras teresianas son conocidas más allá de la Iglesia Católica.
Cristianos de distintas confesiones se acercan a beber el mensaje de Teresa. Estos creyentes de distintas iglesias cristianas reconocen que la Doctora Abulense les ha ayudado a seguir a Jesús y a vivir con más radicalismo evangélico.
¿Cómo es posible? Esto tiene una explicación muy sencilla: los místicos van a las raíces más profundas de la religión y en este núcleo de experiencia confluyen todas las iglesias y religiones.
Por eso se ha llegado a decir que los místicos son los mejores interlocutores entre todos los creyentes de distintas procedencias.
Es la hora de los místicos. Son más actuales que nunca.
El Quinto Centenario del Nacimiento de Santa Teresa nos está acercando más a sus escritos, a su pensamiento y a su alma.
Esta corriente de vida no se detiene.
Con Teresa vamos de la mano a su gran experiencia que no es otra que el Jesús del Evangelio, “sólo podía pensar en Cristo como hombre” (Santa Teresa, Vida 9,4).
Hoy la Iglesia está embarcada en una nueva evangelización. Quiere llevar el Evangelio a los que se han alejado de la Iglesia.
El Sínodo celebrado en octubre del 2012 ha dado unas indicaciones. Estas son sus palabras:
“La obra de la nueva evangelización consiste en proponer de nuevo al corazón y a la mente… la belleza y la novedad perenne del encuentro con Cristo. Os invitamos a todos a contemplar el rostro del Señor Jesucristo” (n.3).
Una Iglesia que se acerca a Jesús y revive sus sentimientos al estilo de los místicos, es la Iglesia mejor preparada para la evangelización.
La predicación del Evangelio no es la transmisión de una doctrina sino el contagio de una vida.