«Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por vosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos».
Benedicto XVI
Jornada Mundial de la Juventud.
Madrid 2011
P.- Comenzamos presentando a Juan.
R. Juan.- Soy hijo de Francisco Anés y Conchi Arteche.
Tengo 27 años y llegué a Almodóvar con 16. Mis tres hermanos Paco, Eduardo y Roberto, son menores que yo.
Nací en Santa Cruz de la Palma. Cuando yo tenía tres años, a mi padre lo trasladaron a Las Palmas de Gran Canaria, desde allí a Cuenca y Toledo. Así fui conociendo España y dejando amigos por toda la geografía.
P.-Al llegar a Almodóvar, pueblo de tu padre y a ocho kilómetros de Puertollano, el pueblo de tu madre; ellos están en su tierra: pero para ti es un nuevo traslado. Cómo se vive desde la perspectiva de un adolescente.
R. Juan.- Me escolaricé en el colegio Maestro Ávila y Santa Teresa, y es curioso, sin conocer Almodóvar ni haber vivido nunca aquí, me sentí como en mi casa y es que la gente nos acogió muy bien.
P. – Presentamos a Laura
R. Laura. Mi padre Miguel, mi madre María-José y mi hermano José-Miguel, lleva el nombre de los dos.
Estudié en el colegio Maestro Juan de Ávila y luego fui al instituto San Juan Bautista de la Concepción.
P. –Además de familia y colegio, en Almodóvar del Campo tenemos Parroquia. Vuestros primeros pasos en ella.
R. Juan. – Mi caso es curioso: en la Diócesis de Toledo hacíamos la Confirmación dos años antes que en la de Ciudad Real; cuando llegamos aquí yo ya venía confirmado.
Mis compañeros iban a los cursos de preparación para el sacramento y me apunté a catequesis con ellos.
Los interrogantes que te planteas, si quieres seguir, si no quieres seguir… estas catequesis a mi me sirvieron para reafirmarme aún más en mi fe.
R. Laura.- Yo he crecido participando en la Parroquia, mis padres siempre han colaborado en la iglesia; con las hermandades, domingo de horas, el coro, flores, limpieza, etc…
Y yo detrás de ellos.
Mucha gente me decía «tus padres siempre están metidos en la Iglesia» y yo les contestaba que sí, pero que todo lo hacían gratis.
Soy catequista y ahora voluntaria como guía para peregrinos en el año Jubilar.
P. – Vosotros dos, tenéis en común, que vuestros padres están vinculados a la iglesia. ¿Esto ha ayudado a que vosotros tengáis una fortaleza de fe?
R. – Juan. A todas las familias llegan los problemas… Yo no sé cómo será en las demás casas, pero en la mía, la manera de afrontarlo es apoyándote siempre en Dios, en Jesús. Y cuando llega algo que no sabes cómo afrontarlo, te dejas en las manos de Cristo como un niño. No lo entiendes pero sabes que es su voluntad y todos los problemas se hacen menos duros.
P. – Habéis nacido y habéis vivido en un ambiente de valores. Pero no todo el mundo ha tenido esas oportunidades. Cómo convives con el resto de la sociedad que, hoy por hoy no va por ahí.
R. – Laura– Yo llego al instituto y doy clase a chicos de bachillerato, en la primera semana no les voy a decir soy creyente, voy todos los domingos a misa, soy catequista de confirmación… a medida que van tomando confianza sí que me cuentan sus problemas y es ahí donde tu intentas inculcarles unos valores, pero que ellos lo vean desde el punto de vista de una creyente.
Se supone que yo vivo mi vida de acuerdo a esas creencias.
Cuando empiezan a conocerme y se encariñan surge la conversación «qué vas a hacer el fin de semana«. Les digo me voy con mis chicos de confirmación a una convivencia. Me miran extrañados y dicen «pero tú vas a eso, pues no parecías… «
Y yo les contesto es que os creéis que los cristianos somos bichos raros. Bromeo mucho con ellos.
Como yo soy interina, he pasado por muchos institutos. Empecé en Guadalajara, estuve también en un pueblecito de tres mil habitantes y el último día salieron todos a despedirme al autobús.
R.- Juan. En este momento estoy en paro, pero he estado año y medio trabajando. Si existe compañerismo, yo lo que puedo decir es que jamás he renegado de Jesús, nunca he ocultado mi creencia. No se habla mucho de Dios, pero sí se intenta dar ejemplo.
Y cogiendo una expresión de mi hermano, que puede parecer pasota pero no lo es para nada, cuando le digo «tienes que hacer esto o aquello«, el me responde ¿Lo que me dices, tu lo cumples…? entra por este oído y sale por el otro, porque no eres ejemplo para darme».
No puedes enseñar a la gente a dar un donativo, sin tu darlo. Es cierto que si tú no te comportas como un verdadero cristiano, no vamos a ser capaces jamás de que los demás se puedan convertir. Y si es cierto que cuando haces las cosas bien, cuando has dado un buen ejemplo, eso cala en las personas.
P. – ¿Creéis que en estos momentos de tantas dificultades, la Iglesia está dando testimonio, la gente lo ve?
R. –Laura. Son tiempos difíciles para todos y para todo.
Los medios de comunicación y la televisión, a veces también hace mucho daño a La Iglesia. Lo malo es más fácil de creer.
Cuando antes os hablaba de mis alumnos, ellos enseguida te empiezan a atacar «y cómo crees… y si existe Dios porque permite esto y esto y esto… Si los curas no se qué…»
¡Qué triste!, les digo yo, que os llegue lo malo antes que lo bueno. Si yo os contase la cantidad de cosas buenas por cada hecho malo. Para juzgar hay que estar dentro; de lo contrario, lo lógico es que te equivoques.
Es verdad y yo no lo discuto, que todos tenemos nuestros defectos, y la Iglesia también, necesita renovarse y mejorar constantemente, hay sacerdotes mejores y peores. Yo les pongo un ejemplo: no se si seréis médicos mañana o seréis ingenieros y habrá ingenieros mejores y peores.
Para un médico que no se moleste en leer el historial de un paciente y de formarse mejor para saber cuál es la enfermedad… enfrente hay veinte que sí lo hacen. En La Iglesia pasa igual.
Yo les digo a mis amigos, a mis alumnos, a la gente de la que me rodeo: Con pequeños gestos se puede empezar a cambiar el mundo. Aunque no lo creáis.
Por ejemplo los voluntarios que colaboramos en este año Jubilar. En el tema de guías del peregrino, hay gente que se cree que vamos a cobrar. Yo me he metido aquí, estoy en la Iglesia. Como estoy en el paro ahora… creen que me han contratado o algo parecido…
R.- Juan. Sí que es cierto que las noticias malas salen mucho más a la luz que las buenas. Yo creo que hay muchas más cosas buenas que malas. Para ser mejores hay que buscar esas cosas malas e intentar mejorarlas.
El que hace el bien, como no busca la publicidad… no busca el darse a conocer… Desde la humildad estás haciendo Iglesia desde abajo, eso no se ve y eso como no se ve y hay tanta gente que quiere atacar a La Iglesia…
P.- Para mucha gente Dios es alguien a quien le piden que le solucione los problemas y cuando creen que no lo hace, lo rechazan y lo niegan.
R. – Laura. Yo les pongo este ejemplo tanto a mis alumnos como a los chicos de confirmación: Para mí, Dios es un padre, como vuestro padre. Siempre está ahí al lado, no puede evitar que os caigáis, que os tropecéis y os caigáis, pero es el que te ayuda a levantarte.
Qué hace vuestro padre. Puede evitar que tú una noche te equivoques, tengas un percance… ¿Puede evitarlo?, no, pero está ahí siempre para ayudarte y es el primero que acude.
P. – Vosotros formáis parte de la generación, probablemente, mejor preparada de España, académica y laboralmente y ambos estáis sin trabajo.R. – Juan. En paro, pero no parados. Me explico; me voy a Londres a formarme en inglés y abierto a encontrar un trabajo. Hemos alquilado una habitación, mi hermano y yo.
Vamos a probar. Lo que no puedo es estar quieto.
R. – Laura. Yo estoy estudiando ingles en un centro especializado, en Puertollano. Me hubiera gustado, como a Juan, poder ir a Londres, pero mi situación personal es distinta, estoy casada, desde hace tan solo un año. También estudio teología en Ciudad Real.
R. –Juan. Yo puedo contar que cuando me he puesto a trabajar después de tener una infancia genial, de tener la oportunidad de hacer unos estudios, una carrera, te enfrentas a la vida y descubres una nueva etapa, nuevos problemas…
Te agarrotas un poco, tienes ese miedo, esa sensación de mal estar; pero sí que es cierto que es llegar a casa y todos los problemas se disipan. Estando con mi familia, teniéndolos a ellos, qué más puedo pedir.
Esa unidad familiar de sentarnos a la mesa a cenar, porque a comer no, por los horarios laborales.
Preocupándote, haciendo tuyos los problemas de los demás, es cuando te das cuenta que los tuyos son más pequeños.
P. – A todos nos ha sorprendido la noticia: «Benedicto XVI se retira».
R.- Laura. Yo veo que es una decisión que le honra, creo que la decisión difícil es la que ha tomado. Hay gente que lo ve desde otro punto, dicen que ha renunciado porque le viene grande el cargo.
Creo que es un ejemplo que podrían seguir, en general personas con grandes responsabilidades…
También hay que pensar que el Papa es una persona con limitaciones físicas propias de su edad.
R. – Juan. Se oye el lado de la Iglesia, la opinión de los creyentes y también se oye la parte que aprovecha para criticarla.
Yo voy a ser muy sencillo en mi exposición: como creo que lo elige verdaderamente Dios, que venga el que venga…Son siete años, más que una legislatura, y en ese tiempo se pueden cambiar muchas cosas y se puede hacer mucho.
Se retira y retirarse no es ninguna ofensa a Dios, ni mucho menos, todo lo contrario, y ahora pedirá y rezará por el siguiente y por todos los demás.
Nos ha dejado un gran legado tanto en su vida como en sus escritos.
P. – S. Juan de Ávila. Doctor de La Iglesia.R. – Laura. Yo lo estoy descubriendo ahora, aunque lo teníamos aquí de toda la vida y lo queríamos muchísimo, es ahora cuando estoy ahondando en su vida y su doctrina.
Enamorándome de su figura.
Me está gustando hasta tal punto que me enorgullece ser voluntaria y ser guía para que la gente lo conozca y lo descubra.
R. – Juan. Yo ya nací predestinado, iba a nacer el día 10 de mayo, pero nacía el 11 y me pusieron Juan de Ávila.
¡Como para no tenerlo presente en mi vida!
En mi viaje a Inglaterra, vendrán, conmigo, el espíritu y el mensaje de Ávila, para infundirme valor, alegría y fuerzas.
Ya he localizado una Iglesia Católica, cerca de mi residencia, la que será mi parroquia en Londres.
Agradecemos a estos jóvenes su testimonio y les pedimos; a Laura que siga colaborando de guía y voluntaria de esta Parroquia, a Juan que desde su destino en Londres, nos haga llegar, a este periódico, de vez en cuando, unas palabras contándonos de su vida que como creyente nos alentará y confortará.