Decálogo para alcanzar la santidad
Iglesia en Almodóvar del Campo2008-11-08T02:07:00+00:00
A pocos días de recibir el Sacramento de la Confirmación, un joven preguntó a su catequista:
"Tu nos has repetido en múltiples ocasiones que debemos ir limando nuestras vidas para ser verdaderos discípulos de Cristo, pero ¿cómo podemos llegar a ser perfectos, de qué manera podríamos alcanzar la santidad?"
Al catequista no le sorprendió la pregunta, pues llevaba mucho tiempo merodeando por su mente la idea de la santidad. En ese momento, sin embargo, el catequista no le respondió, pero llegado el día de la Confirmación repartió a cada uno de sus jóvenes una cartulina con el siguiente decálogo:

Amigo, Dios se ha fijado en ti para su equipo de gobierno. Si no quieres complicarte la vida, puedes abstenerte... Sin embargo, si eres de los que piensas que un mundo mejor todavía es posible, sigue leyendo, tal vez alguna de las carteras te interese y pases a formar parte de la plantilla de colaboradores del “Presi.”
Entre las personas que se cruzan en la Vida de Cristo y que no son señalados como discípulos suyos, siempre he sentido curiosidad, y cierta preferencia, por dos personajes de muy distintas características: uno es Zaqueo, el publicano, recaudador de impuestos, lo que hoy denominaríamos funcionario de la Administración Oficial. Aquellos profesionales no sentían otra preocupación que la de manejar y obtener dinero. Por lo mismo, pronto abundaban tanto en riquezas como en enemigos. Carecían de prejuicios y no se detenían ante ninguna Ley moral ni ética (que no son lo mismo)
El dichoso despertador, 

Todos los que oyen la llamada de Dios, como San Pablo, se sienten obligados a anunciar el Evangelio.
Hola a todos,