La riqueza de la Iglesia
Tomás Lozano Rivas2012-05-08T20:24:00+00:00
El diez de mayo celebramos la fiesta de nuestro querido paisano San Juan de Ávila, cuya declaración de doctor de la Iglesia está ya cerca.
El mejor modo de hacer fiesta en su honor es tratar de seguir cada uno su propia vocación y realizarla, sin mediocridad, sin tibieza y con el ardor y fervor que lleva consigue la santidad.
La gran fiesta de nuestra vida sería que encontráramos la felicidad que proporciona vivir santamente, como nuestro Juan de Ávila.
Los santos son la riqueza de la Iglesia. Son los que más han contribuido a la felicidad de la humanidad, porque la verdadera felicidad sólo se encuentra en Dios, y ellos han dado testimonio, con su palabra y vida, para lograr un mundo más humano y más feliz.
Con motivo de la fiesta de Pentecostés, que celebraremos este año el 27 de mayo, ofrecemos las siguientes reflexiones de San Juan de Ávila sobre el Espíritu Santo:
Llorar. Y si lo haces, que sea de emoción, de alegría... Jesús ha resucitado. Camina para siempre a tu lado.
I
Frédéric Chopin fue uno de los pianistas más grandes de la historia, aunque dio muy pocos conciertos en su vida prefiriendo los salones antes que los grandes escenarios.
Juan de Ávila ha sido un enamorado de la Virgen María. Una emoción le invadía en cada fiesta de la Madre de Dios. Por eso los sermones que nos ofrece van a exponer muchos temas marianos.
¡Qué no me escribes nada¡…me reprochan aquellos que me conocen. Yo les miro con cierta complacencia, agradeciendo en cierto modo que me den ese tironcillo de orejas para animarme a tomar una hoja en blanco y escribir, pero por otro lado les digo: ¿Y qué queréis que os cuente?, si todo parece que está ya dicho o inventado.