ImageEl tiempo de Cuaresma, que empieza el dia 6 de febrero, nos ofrece una gran cantidad de signos y símbolos litúrgicos, llenos de mensaje, que debemos saber interpretar.

    CENIZA: Quiere ser el reconocimiento de nuestra condición humana, tan limitada y corruptible. Quiere ser un toque de atención a nuestro orgullo y autosuficiencia. Pero es, sobre todo, una llamada a poner el fundamento de nuestra existencia, no en nosotros mismos, sino en Cristo Salvador, el que puede librarnos de la corrupción y la muerte. Cristo es medicina de inmortalidad. Por eso, al imponer la ceniza, se dice: «Creed el Evangelio», creed la buena noticia de Jesucristo.

 La ceniza que Dios quiere:

• Que no te gloríes de ti mismo; tus talentos los recibiste para servir.
• Que no te consideres dueño de nada, sólo humilde administrador.
• Que aprecies el valor de las cosas sencillas.
• Que vivas el momento presente.
• Que no temas la muerte.

 

    AYUNO Y ABSTINENCIA: Como signo de austeridad. Se pide algún rigor en la comida y abstenerse de carne en ciertos días. La austeridad nos hace más libres y más solidarios. No importaría comer un poco más o un poco menos, importa el superar vicios y apegos y el ofrecer el fruto de tu ayuno a los hambrientos del mundo.

El ayuno y la abstinencia que Dios quiere:

• Que no seas esclavo del consumo, del tabaco, de nada.
• Que no gastes tanto en moda, caprichos, marcas.
• Que no pases tanto tiempo ante la TV y sepas discernir y controlar.
• Que seas solidario y generoso.
• Que prefieras pasar tú necesidad antes de que la pase el hermano.

 

   CRUZ: El cristiano debe gloriarse en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Por eso la cruz preside siempre nuestras celebraciones. No es sólo dolor y humillación, es salvación y victoria, es el signo del amor más grande. Por otra parte, la cruz no es para lucirla, sino para vivirla. El signo de la cruz nos compromete a vivir un amor entregado hasta el fin, como el de Cristo.

La cruz que Dios quiere:

• Que sepas llevar la cruz de cada día.
• Que sepas aceptar tus dolores y fracasos.
• Que sepas compartir la cruz de los hermanos.
• Que nunca pongas cruces a los demás.
• Que unas siempre tu cruz a la de Cristo.

 

   ORACIÓN: La oración es vida del alma, necesidad permanente. En el tiempo cuaresmal se intensifica la escucha de la palabra y la relación dialogal con Dios. Se nos ofrece el ejemplo de Cristo, Él se retiraba al desierto y subía a la
montaña para orar.

La oración que Dios quiere:

• Que sea íntima y auténtica, "en espíritu y verdad"
• Que dejes al Espíritu que ore en ti siempre.
• Que aprendas a escuchar las llamadas de Dios.

  

  LIMOSNA: La limosna es fruto de la misericordia. Todo caminar hacia Cristo implica un caminar hacia el hermano, especialmente al más necesitado. Si nadie «puede ser feliz a solas», mucho menos puede ser santo a solas, incluso nadie puede ser cristiano a solas. Cristiano es el que abre la mano para compartir, el que tiende su mano para ayudar y servir.

La limosna que Dios quiere:

• Que sea fruto del amor, un verdadero compartir, no sólo dar lo que te sobra.
• Que ayudes al pobre para que no necesite tu ayuda.
• Que te vayas haciendo pobre como Jesucristo.
• Que veas en el pobre a Jesucristo.