¿Qué sonrisa en el llanto..? ¿La sonrisa
de un santo gesto de conformidad..?
¿O la sonrisa de la voluntad
de abrir el corazón para la brisa
de la esperanza de un amor sagrado..?
¿Fue una sonrisa de profunda ciencia
ante el dolor, la cruz, la transcendencia
de lo aparentemente consumado..?
Sonreiría la Virgen..?
Sonrió
más allá de los mares que lloró
su honda soledad aterradora.
Y sonrió como otra epifanía:
la de ofrecer al cielo la alegría
de verse con Jesús corredentora;
sonrisa humilde de quien se sabía
Madre del Salvador y salvadora.