Oh, Jesús, Maestro y Amigo,

Esposo único y universal,

enséñanos a amar,

pero con un amor así de grande

como el tuyo.

 

Enséñanos a amar con ternura

y con pasión,

hasta provocar incendios de misericordia.

 

Enséñanos a perdonar setenta veces siete,

hasta que se canse de herir el enemigo.

Limpia toda la hiel de las entrañas

y que sólo nos quede

el perfume del agradecimiento.

 

Enséñanos a amar

de abajo a arriba,

con humildad;

y de dentro a afuera,

gratuitamente,

sin recompensa.

 

Enséñanos a amar con la mente,

el corazón y las manos,

con todas nuestras fuerzas

y nuestra inteligencia,

compartiendo, programando,

exigiendo, insistiendo,

hasta llegar al cambio necesario de personas y estructuras.

 

Enséñanos a amar sin límites,

chispazo del amor eterno,

hasta que volvamos a la gran Hoguera

de todo amor,

fundidos.