Érase una vez un niño que quería nacer, quiso hablar con Dios y contarle en la situación en que se encontraba, y le dijo a Dios:
Dios, ¿puedo hablar contigo? Tengo un problema muy grande, mi mamá está muy triste últimamente, siempre está llorando y yo creo que esta tristeza se le quitaría si no hiciera lo que quiere hacer. Tú que eres poderoso y tienes la fuerza del mundo, ayuda a mi mamá para que sepa tomar la decisión más importante de su vida.
Señor: ¡Haz algo para que yo nazca! He oído a mi mamá llorar y decir que no podía más; no quiere que yo nazca; también dijo una palabra que yo no comprendo, dijo que quería abortar, o algo así.
Dios, yo no sé qué significa esa palabra “abortar”, es una palabra que no la entiendo y no me gusta su sonido! Mi mamá hablaba con un hombre, que yo no conozco, no lo he escuchado nunca y ese hombre le decía que se lo pensase y no se pre-ci-pi-ta-se.
Dios, dime qué es lo que se tiene que pensar mi mamá. ¡Si yo estoy aquí! Y la oigo hablar, respirar y siento latir su corazón, a través de su vientre sé cómo respira, sé que hay aire, agua, sol, quiero sentir esas sensaciones y llegar a saber cómo es la vida.
Necesito nacer para saber y conocer lo que nos rodea, aunque lo pase mal, pero quiero saber cómo son las personas, conocer a los animales, las aves, las flores y todas las cosas bonitas que tenemos a nuestro alrededor.
Dios, ¡son tantas cosas las que yo puedo hacer para que mi mamá sea feliz! ¡Porque la quiero! Y me da pena que esté triste, no quiero que llore más. Yo quiero nacer para vivir, porque Tú me has puesto aquí para que yo sea una persona que pueda hacer cosas en la vida. No me gusta que mi mamá diga esas cosas. Los mayores a veces sólo piensan en ellos, son egoístas y no piensan en nosotros; hay muchos niños que quieren, como yo, nacer y no nos dejan; no entiendo el por qué. Creo, Dios, que yo tengo el mismo derecho a nacer como mi mamá lo tuvo.
A través de mi mamá he escuchado que los niños ahora tenemos nuestros derechos y que se vive mejor que nunca. ¿Por qué yo no puedo llegar a tener ese derecho? No es justo que nosotros, los más inocentes, no nazcamos, sólo porque las mamás y papás quieran vivir más libres sin complicarse la vida.
Y sigo preguntándote, Dios, ¿Tú crees que, haciendo esas cosas, las mamás son más felices? Yo, creo que no.
Señor, ayuda a mi mamá y a todas las mamás del mundo, que están en esa situación como la mía, para que sepan tomar la decisión más justa: ¡QUE NAZCAMOS!