Miguel Ángel Solís,  Tomás Villajos, Pascual Solís y Ricardo Gallén Recogiendo y aceptando la invitación de D. Tomás, de continuar con la página musical que hacía mi padre con tanta ilusión y cariño, os escribiré desde la distancia, pero a la vez, sintiéndoos muy cerca.

Si me permitís, mi primera participación en nuestro periódico parroquial, estará enfocada, en memoria a alguien que significó mucho en la historia musical de Almodóvar del Campo; hablar de música en Almodóvar del Campo, es hablar de D. PASCUAL SOLIS REDONDO.

Hombre, profundamente religioso, veía música en todo aquello que le rodeaba; vivía la música; sentía la música; disfrutaba con la música; hacía que disfrutáramos con la música; te enseñaba a amar la música… Pascual era Música, Música Celestial.

De todos es sabido, que una buena pieza musical alimenta nuestros espíritus…Dios hizo que mi padre fuese una extraordinaria pieza musical; su vida fue una melodía llena de armonía personal, familiar, profesional y humana; su familia y amigos eran las notas musicales que marcaban el ritmo de su vida; su actividad musical (Maestro de niños, jóvenes y adultos, Coro parroquial, Coral polifónica, Grupo de villancicos, Agrupación folklórica, Grupo de Mayos…) se medía al compás más sencillo de cualquier gran composición musical.

Almodóvar del Campo ha perdido una de las personas que más ha luchado y ha querido a su pueblo; nunca más podremos verlo personalmente dirigiendo esas funciones en honor a nuestra Patrona y a nuestros Santos, ni en los Sagrados Oficios de Semana Santa, ni en la novena a la Virgen del Carmen, ni en sus queridas Misas de la Virgen, pero siempre estará presente en todos y cada uno de los corazones de todos aquellos que tuvimos la suerte de estar junto a él.

Se nos fue el padre y maestro, pero dejó bien sembrada su semilla de amor, agrado, bondad, dulzura, generosidad, respeto, sencillez, trabajo, profesionalidad y religiosidad; intentaremos continuar con todo aquello que recibimos de él.

¡GRACIAS, PASCUAL! ¡GRACIAS, MÚSICA!
¡GRACIAS, PADRE!