Será todo verdad: Lo que hemos dado
sin medida al amor, y sin recelo.
Lo que el amor nos dio. Lo que en el hielo
de un olvido murió deshabitado.
Y el peso desbordante y reiterado
de nuestra oscuridad. Y el ave en celo
del corazón. Y el largo y duro vuelo
de subir nuestro abismo acostumbrado.
Todo será verdad: Nuestro estiaje
de niños agotados convertidos
en estatuas de sed y de fatiga…
Y este ser y no ser…Y este bagaje
de exilios y esperar…Y este ir perdidos
hasta hallarnos con Dios en una espiga.
Todo verdad: la vida –tan pequeña
y tan grande..!–. Y el sueño que la sueña;
y- nunca un sueño- lo que claramente
desocupa de abrojos nuestra mente
cuando nuestra conciencia
se atreve a soportar la trascendencia
del Amor sin reposos
de Cristo y su porqué maravilloso.