Estamos en la recta final de las elecciones americanas. Y de una u otra forma sale el tema de las creencias de los candidatos: la Iglesia a la que pertenece, lo que han dicho sobre la religión, la propia práctica religiosa, lo que piensa sobre el aborto… De una u otra forma sale a relucir el tema religioso.
Para comprender esta realidad hay que vivir en este país y haber tratado con la gente. No me he encontrado con personas que sean indiferentes a la fe, no digo que no las haya. Hay un gran respeto a las creencias, no se encuentra uno personas beligerantes y luchadoras contra lo religioso. El tema de Dios, la Biblia, la práctica religiosa, el compromiso moral, etc. tiene una gran audiencia.
En una encuesta realizada hace unos meses se revelan unos datos que son significativos. La amplia mayoría de los estadounidenses cree en Dios o un espíritu universal (92 %). Un obispo comenta este dato diciendo: “La historia atestigua que la fe religiosa es muy importante para los estadounidenses. En cada coyuntura de nuestro pasado, recurrieron a Dios en busca de guía, protección y dirección. Hay una clara identificación con la religión en Estados Unidos que, para los católicos, refleja los esfuerzos dedicados por los sacerdotes, catequistas y profesores en nuestra historia” (Wuerl, Arzobispo de Washington).
No es menos interesante la noticia que la prestigiosa Universidad de Harvard ha revisado sus programas y entre las mejoras recomienda la asignatura de la religión. Y dan su explicación y las motivaciones que tienen. Creen que la religión es importante para la vida moderna y Harvard, una de las más codiciadas universidades del país, piensa que no se puede preparar a los mejores sin contar con la religión.
En este ambiente los candidatos políticos nunca se enfrentan con la religión ni con los obispos. En general hay muy buenas relaciones. Los candidatos visitan las iglesias y hablan a los fieles en el servicio del domingo. Esta práctica no se da en los ambientes católicos. No es indiferente el tema religioso en las elecciones. Los políticos son listos y tratan con mucha delicadeza este campo.