Queridos amigos/as de Almodóvar: Aquí mando algo de mis primeras impresiones por estas tierras ecuatorianas.
Estos días navideños siempre son buenos para que los que estamos lejos físicamente nos hagamos cercanos y no hay nada mejor que estos medios tecnológicos, rápidos y seguros.
Hace dos meses que llegué a Ecuador y un mes que me encuentro en mi nueva misión que se encuentra en la costa del pacífico.
En los primeros días de mi llegada me llamó la atención que la música estaba por todas partes: En el autobús, en las tiendas, del balcón de una casa…, salen las notas que se te meten en los oídos y en el corazón y como están a altos decibelios y es música pachanguera, si uno se levanto con el pie izquierdo, le sale también el derecho. Sí, es un pueblo alegre, “al mal tiempo le pone buena cara”.
Otra característica que me gusta, por lo que a la fe se refiere, es su gran religiosidad. Un taxista antes de subir por la mañana tempranito a su taxi, se persignó delante de la puerta del conductor. Lo vi porque pasaba por la acera en ese momento. En España no me imagino a un hombre haciendo ese gesto en público, todavía voy más lejos, ¿Se hace en privado el ofrecimiento del día a Dios? Esto nos ofrece este pueblo, interpelándonos a seguir viviendo nuestra fe como lo mejor que tenemos.
Vivo en una isla que se llama Muisne. Tiene unos 7000 habitantes, los cuales viven en un 70- 80 % de la pesca y quien puede del negocio. La pesca es mal vivir, pues un día se encuentra pescado y otro día no, y cuando no se pesca no hay nada que comer, luego la pobreza es visible: en las viviendas hechas de madera, en la falta de infraestructura: no hay alcantarillados por ejemplo. Son vulnerables a las amenazas de la naturaleza como las marejadas que entran en las islas e inundan sus calles dejando basura por doquier.
En esta isla y en la costa próxima a ella, la parroquia tiene su extensión de trabajo. Son unas sesenta comunidades, algunas de las cuales no tienen acceso por carretera, sólo a pie o a caballo a horas de la vía principal.
Nosotras las Misioneras Combonianas trabajamos en una guardería donde tenemos a los niños de las familias más pobres, a estos se les ayuda también cuando pasan a la escuela con el desayuno y una beca de estudio. Le dedicamos mucha atención al trabajo con la mujer. Tenemos tres grupos a los que se les enseñan manualidades y costura, están muy agradecidas pues dicen que si no estarían jugando en sus calles a naipes. También seguimos a grupos de bautizados en las diferentes capillas y preparamos para los sacramentos.
Aquí veo mucha necesidad en la formación y profundización de la fe. Me acuerdo en una capilla que en una Eucaristía el Sacerdote preguntó que quien era Noé y las respuestas fueron: un discípulo de Jesús y otra, una persona que tenía fe en Dios. Aquí tenemos trabajo que hacer. El párroco ha pedido mis servicios para la formación y acompañamiento de catequistas. Luego el material, los viajes, corren de nuestra cuenta. Por último otra hermana trabaja en una escuela dando clases de religión y ayudando en la parte administrativa.
En esta realidad que empiezo a conocer tengo el deseo de echar raíces, para poder vivir al paso de la gente la utopía del Reino de Dios. Ahora estamos preparando la Novena de Navidad que se celebra en las familias de los diferentes barrios, el último día de la Novena nos juntaremos todos en la Iglesia principal. Es una manera de llegar a las personas que no tienen contacto con la Iglesia y hacerles presentes el gran Amor de nuestro Dios en el niño Jesús.
Unamos nuestras voces para pedir al Señor que la Paz, la Justicia, la entrega gratuita sea una realidad en esta Navidad y a lo largo de todo el año 2009. Feliz Navidad y Prospero año 2009.
Un saludo afectuoso a todos los almodovenses al inicio de esta Novena a la Virgen. ¡Qué Dios les bendiga!