Acaba Agosto y en nuestros entornos la frase más repetida es.. “no quiero que se acaben las vacaciones, otra vez a la rutina…” Los medios de comunicación nos bombardean con técnicas y métodos milagrosos para superar el famoso “síndrome post vacacional”.
Muchas personas se preguntan si realmente existe ese síndrome que parece estar psicológicamente aprobado y medido. Se dice que más del 40 por ciento de las personas sufren episodios de tristeza y ansiedad tras unos días o semanas de descanso y un porcentaje elevado de la población llega a sufrir pérdida de ilusión, nostalgia, e incluso depresión.
La realidad y lo curioso es que el llamado socialmente “síndrome post vacacional” no es tal según los expertos; tan sólo una consecuencia natural que se agrava cuando la persona en cierto modo se siente insatisfecha con su vida.
Y es que estamos inmersos en la sociedad de las “etiquetas”, cada vez con mayor frecuencia recurrimos a poner nombre a lo que vivimos (insomnio, ansiedad, estrés…) pensando que de esta manera se solucionará, pero olvidamos que sin identificar el sentimiento, aquello que nos hace sonreír en un momento, suspirar, llorar o vibrar… en otros nada va a cambiar al menos que queramos cambiarlo.
Sería curioso preguntarnos ¿Por qué en los países subdesarrollados no hablan de este síndrome? Y es que la realidad nos dice que cada vez la sociedad española es más inconformista, vivimos de anhelos, de sueños y deseando que llegue algo que ni cada uno de nosotros sabemos qué es. Igual que justificamos conductas con el post vacacional, podríamos hablar del síndrome de los lunes por la mañana o el prevacacional…; el caso es no afrontar, no pararse a mirar qué nos sucede. Es cierto que a veces tenemos motivos importantes que nos hacen sentir mal, pero otros muchos son fruto de nuestra insatisfacción.
Por ello si estas en ese momento post vacacional y la tristeza te invade, ¡sonríe!.Si el sonreír no basta, ¡silba! Si el silbar falla, ¡canta!
Busca dentro de ti los muchos motivos que tienes para ser feliz y estar agradecido, la tristeza poco a poco se irá desvaneciendo como la nieve ante la caricia cálida del sol.
Las vacaciones acaban pero lo mas importante es sacarle partido a cada momento vivido, cuando todos los días son iguales es porque hemos dejado de apreciar lo bueno de la vida.
No estés triste, no le des más cuerda al abatimiento, mira a tu alrededor y actúa como una persona feliz, será bueno para ti, te lo agradecerán en tu entorno, y ojala que poco a poco esta emoción se convierta en una actitud permanente.
Me desperté y vi que la vida no era más que servir.
Serví y vi que el servir era alegría.
Rabindranath Tagore.
Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.
Miguel de Cervantes (El Quijote)
Una alegría compartida se transforma en doble alegría;
una pena compartida, en media pena.
Anónimo
que no pueda decirse con una sonrisa.
Alejandro Casona. Dramaturgo español.