Nuestras sendas no son las tuyas.
Conocemos la senda de los violentos,
llevan a la sumisión y la muerte,
y tú eres libertad, eres vida.
Conocemos la senda de los codiciosos,
llevan a la esclavitud y miseria,
y tú eres gratuidad y comunión.
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.
Conocemos la senda de los lujuriosos,
llevan a la degradación y el vacío,
y tú eres dicha y plenitud.
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.
Enseñas el camino a los humildes,
a los niños, a los pecadores,
y ti camino es misericordia.
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.
Tu camino es la verdad, eres luz,
pero vivimos en la mentira, en el engaño,
en el error y en las medias verdades.
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.
¿Qué es la verdad?, seguimos preguntando.
¿Es lo que aprueba la mayoría, aunque sólo sea por un voto más que los otros? ¿Es lo que dice el oráculo de turno o la tertulia? Es lo que se lleva, lo que está de moda?
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.
Tu verdad nace muy arriba y muy dentro,
deslumbra la mente y el corazón,
nunca la agotamos, no la poseemos
ella nos posee, es don y misterio.
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.
Tu camino es la belleza, tú seduces.
Nos dejamos seducir por la belleza de las formas,
la belleza de los cuerpos, de lo joven,
damos culto a la belleza.
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.
No hemos aprendido la belleza del espíritu, del amor.
¿Hay belleza en un crucificado en un leproso,
en una ancianita arrugada… por amor?
Señor Jesús, instrúyeme en tas sendas.
Tu camino es el amor, eres fuego.
El amor entre nosotros está devaluado,
envolvemos con esta palabra realidades feas y egoístas,
a cualquier cosa llamamos amor.
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.
El amor es el camino real, autopista, en la que confluyen todos los caminos.
El que camina con amor nunca se equivoca, porque tú eres Amor.
El amor es la belleza que embellece todas las sendas.
El amor es la verdad suprema.
La verdad está en gastarse poco a poco,
en olvidarse de sí y entregar la vida.
Señor Jesús, instrúyeme en tus sendas.