En una pequeña aldea había una tienda en la que vendían cosas para la Navidad. Toda la gente iba a esa tienda.
Pero había una familia que tenía tres hijos, que no podía comprar nada porque eran pobres. No tenían casa y vivían debajo de una escalera. Comían de las cosas que le daban la gente del pueblo.
Cuando llegaba la Navidad veían a todo el mundo en su casa con su familia pasándoselo muy bien; y ellos sin casa y con frío.
En la aldea había un hombre muy rico, pero tampoco tenía familia, ese hombre era malo y rencoroso. Un día salio de su mansión con su mejor traje presumiendo de su grandísimo árbol de Navidad.
Al ver a esta familia tan triste y pobre, decidió acogerlos en su casa para tener más popularidad en la aldea.
Fue pasando el tiempo y la familia se había hecho a la idea de vivir allí.
El hombre se fue dando cuenta de que lo importante no era tener más fama, sino ser mejor persona y compartir sus riquezas con los demás.
Para la familia fueron las mejores Navidades de su vida: todos tenía n regalos, una cama donde dormir y una chimenea para calentarse.
Y lo mismo le pasó al hombre.
Todos fueron felices el resto de su vida.