Sangre de Cristo, embriágame.
Sangre que es vino, de gran reserva,
toque de Espíritu, miles de grados,
una alegría que no termina,
que no se entiende.
Cristo, el vino bueno,
alégrame.
Sangre de Cristo, enciéndeme.
Arde la sangre por el Espíritu.
¡Qué gran hoguera! ¡Qué buen bautismo!
Es energía para la entrega,
llena de amores, que purifica, que transfigura.
Cristo, fuego del cielo,
abrásame.
Sangre de Cristo, enamórame.
El vino es sangre,
prensa de amores, en el Espíritu,
sella alianzas inconcebibles,
brindis de bodas divino-humanas.
Cristo, rey tan perfecto y tan humilde,
despósame.
Sangre de Cristo, resucítame.
La sangre es vida que se derrama
y que, muriendo, vence a la muerte,
por el Espíritu,
y vence a las muertes que son del alma.
Cristo, Pascua gozosa,
vivifícame
Sangre de Cristo, cristifícame
La sangre es la vida,
el que la bebe a Cristo bebe,
se llena de savia y de su Espíritu,
y en él se esponja.
Cristo hermano, Dios con nosotros,
divinízame.