Dios no quiere la muerte ni se complace en el sufrimiento ni es amigo de la pena. Dios es Fiesta y Belleza infinitas y produce éxtasis y danza en quien lo conoce; lo contrario del aburrimiento y la tristeza.
Así dice la Biblia: “Yahveh, tu Dios, está en medio de ti, ¡un poderoso salvador! El exalta de gozo por ti, te renueva por su amor; danza por ti con gritos de júbilo, como en los días de fiesta” (Sof. 3, 17).
La Cuaresma es un tiempo establecido por la Iglesia para templar el ánimo, para prepararse a la celebración triunfante de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Por tanto, no es tiempo de negaciones simplemente, sino de afirmaciones.
Dios es Vida, lo contrario de la muerte y simple negación.
Dios es Felicidad, lo contrario de la tristeza y aburrimiento.
Dios es Creatividad, lo contrario de la autodestrucción y rutina.
Dios es La VIDA:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”( Jn 14,6). “Yo he venido para que todos tengan vida, y la tengan abundante” ( Jn. 10,10) dijo Jesús, el Señor. Él es la Vida y ama la vida.
Por consiguiente, si la Cuaresma es un tiempo para acercarnos más a Cristo, no puede entenderse como un espacio en nuestra vida dedicado simplemente a la mortificación, a machacar nuestro cuerpo y destruir nuestra personalidad, un aislarse del mundo y de la vi¬da de los hombres, un vivir únicamente en la renuncia.
Lo que Dios quiere no es nuestra muerte, sino nuestra vida.
Si hay ejercicios mortificantes es para negar lo “negativo” que pueda haber en nuestro ser y sacar de nuestra personalidad todo lo positivo y afirmativo, todo lo que nos hace ser más personas y más hijos de Dios.
La gloria de Dios está en que “el hombre viva”, lo dijo San Ireneo.
Dios de la FELICIDAD:
Si la Cuaresma es camino hacia la Pascua de Resurrección habrá que ponerle simpatía, actitud festiva, porque nos preparamos para la Fiesta, una fiesta sin fin. La Palabra de Dios, por medio de Isaías 58,3 nos da una visión positiva del ayuno, dice así:
“No ayunéis como hoy, para hacer oír en las alturas vuestra voz. ¿Así ha de ser el ayuno que yo elija? Día de humillarse el hombre, sí, ¿pero agachando como un junco la cabeza? …
¿No será este el ayuno que yo elija?: deshacer los nudos de la maldad; soltar las coyundas del yugo, dejar libres a los maltratados y arrancar todo yugo. ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en tu casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes?
Entonces brotará tu luz como la aurora…”
A muchos de los penitentes habría que recomendar un poco más de amor y humor. No se trata de rebajar las exigencias de la Cuaresma y, mucho menos, del cristianismo. No se trata de ofrecer una Cuaresma ligth, flojita, adaptada a nuestros gustos, a nuestra cultura, a nuestra época ligera.
Una Cuaresma en positivo y con humor puede exigir las mayores entregas y generosidades, pero sin darles importancia, sin tragedias y victimismo.
Dios es Creador:
No sólo creó Dios al principio del mundo, sino que está sosteniendo creativamente a la creación, a cada persona y, con su Espíritu, inspira a cada uno para que, a su modo y con sus capacidades (talentos) sea creativo en su vida humana y en su vida espiritual. ¡Cuántas obras magistrales han salido de las manos de tantas personas santas, que han seguido las sugerencias del Espíritu de Dios!
Cada uno está llamado a ejercitar su imaginación, su sensibilidad, sus capacidades intelectuales y afectivas, para hacer de su propia vida una obra admirable, bella y luminosa.
¡Qué buenos estos tiempos “fuertes”, como la Cuaresma, para embellecernos y embellecer un poco más el mundo que nos rodea, realizando la justicia en el amor, el gozo de compartir, consolar y ayudar y la alegría de vivir en armonía y paz!
Habrá que usar mucha imaginación, fortalecidos e iluminados internamente por el Espíritu del Señor, para afirmar creativamente un poco más nuestra vida cristiana y humana.