A través de los tiempos, el corazón del Carmelita ha ido creando ciertas expresiones marianas. Voy a presentar una lista que se puede encontrar en los cantos, en la liturgia carmelitana, en las poesías, en diversos escritos y en distintas épocas. Reflejan el papel de María en la Orden del Carmen.
• Dulce castellana
• Maestra de la Orden
• Abadesa del Carmelo
• Señora y creadora de la Orden
• Fundadora de la Orden
• Virgen Purísima
• Princesa de la Familia de Elías
• Reina del Carmelo
• Abanderada del ejército del Carmelo
• Virgen y Madre purísima del Carmelo
• Esperanza del Carmelo
• Virgen Flor del Carmelo
• Flor resplandeciente del Carmelo
• Testamento divino
• Madre piadosa de los Carmelitas
• Princesa serenísima de los Carmelitas
• Dulce Virgen María
• Estrella y Cedro del Carmelo
• Madre de la Familia Carmelita
• Priora de la Orden
• Madre de la Orden
• Legisladora de la Orden
• Patrona de la Orden
• Hermana primogénita
• Madre amable del Carmelo
• Cabeza del Carmelo
• Auxiliadora de los Carmelitas
• Reina soberana de los Carmelitas
• Madre y Decoro del Carmelo
• Virgen fecunda del Carmelo
• Flor del Carmelo
• Melodía suave y divina
• Vid fecunda
• Reina y Madre de los Carmelitas
• Madre piadosa
• Estrella brillante del cielo
• Nube del Carmelo
(Tomado de Emanuele Boaga, La Señora del lugar)
El Canto de la Salve
En la Orden del Carmen se ha cantado la Salve desde tiempo inmemorial. Generaciones de carmelitas han expresado su amor a la Madre de Jesús con el canto de la Salve.
En 1324 el Capítulo General de Barcelona estableció que este himno mariano fuera cantado después de cada hora canónica del Breviario y también después de la Misa.
En los siglos XVI y XVII aparecieron en toda Europa y en América una serie de reformas.
Querían restablecer el fervor primitivo: la austeridad, la oración prolongada, la vida comunitaria y la pobreza.
No podía faltar la devoción mariana que ha sido muy característica de la Orden del Carmen, hasta el punto que un eslogan muy antiguo rezaba así: “el Carmelo es todo de María”.
Un superior general Nicolás Audet estableció que todos los religiosos, sin excepción alguna, tenían que participar en el acto comunitario del canto de la Salve, el sábado después de completas, que era la última oración antes de retirarse a sus habitaciones para descansar.
El acto revestía una solemnidad e importancia particular.
¿Por qué revestía una importancia peculiar el canto de la Salve en el día del sábado?
Porque el sábado era el día de la Virgen. Lo mismo que el domingo es el día del Señor. En el sábado María con algunas mujeres y el discípulo Juan se quedaron solos ante el Señor Crucificado. Los otros discípulos se habían dispersado.
La Iglesia agradeciendo a la Virgen este gesto de fidelidad a Cristo, sosteniendo la Iglesia naciente, recuerda a la Madre de Jesús este gesto de generosidad y permanencia en la fe.
Una piadosa tradición del convento de Bolonia recuerda que en 1488, mientras los frailes estaban cantando la Salve, la Virgen se había hecho presente en la comunidad.
La Salve y la Virgen han estado muy unidas en la vida del Carmelo.
(desde “El desierto de las palmas”)