Corpus Christi en Almodóvar del Campo
Es una de las grandes fiestas del año cristiano, que además tiene un hondo calado en el pueblo fiel. El título del artículo, “Una fiesta para los cinco sentidos”, intenta expresar la profundidad de su significado. El Corpus es una fiesta que se puede gustar, es decir, el Pan del Cielo es alimento que nos conforta y nos nutre. También es una fiesta que se puede escuchar, todos los textos litúrgicos, la música…, es la fiesta del Pange Lingua o del Cantemos al Amor de los amores.
El Corpus es una fiesta que se puede ver, se puede contemplar, se puede adorar con la mirada; la custodia es el manifestador por excelencia que permite contemplar al Señor que pasa por las calles del pueblo. También es una fiesta que se puede tocar; el sacerdote porta al Señor en la Custodia y lo pasea por las calles del pueblo (aunque hoy día sólo lo hace hasta la carroza); y también los fieles portan el palio, que simbólicamente intentan proteger lo más valioso que tienen: al Señor. Y por último, el Corpus es la fiesta de los olores; el aroma del romero y las hierbas aromáticas, el perfume del incienso…, a Dios también se le puede oler.
En esta fiesta todo nos conduce hacia Dios; las calles se engalanan y el pueblo entero respira fiesta porque el Señor sale de su casa para acercar el cielo a la tierra. Almodóvar, la tarde del 10 de junio, vivió con los cincos sentidos la presencia del Señor. Quiera Dios que todo esto nos sirva a cada uno para estar cada día un poco más cerca del verdadero Amor.