Se aproximan las fiestas de Septiembre, días anhelados por los jóvenes de Almodóvar del Campo durante todo el año, momentos de disfrute en los que la ALEGRIA juega un papel fundamental, nueve días en los que «lo externo » nos hace sentir bien, y en muchas ocasiones una sensación de vacío, de pena y tristeza tras esos días de gozo…
Y ante esta situación, que se repite año tras año en muchos de nosotros, estaría bien que nos parásemos unos segundos y reflexionásemos sobre cómo buscamos la alegría en nuestra vida.
Está claro que lo externo es importante y que nos ayuda al disfrute y a las buenas sensaciones, pero si por regla general nos quedamos sólo en eso, al final perderemos la esencia de la vida…
Decía Aristóteles que todos los hombres, por naturaleza, buscan la felicidad, pero algunos la buscan fuera en lugar de buscarla dentro, que es donde está.
Cuenta una antigua leyenda polaca que vivía en Cracovia un rabino judío llamado Eisik, que tuvo un sueño donde se le revelaba que a la entrada del puente de Praga, que da acceso al castillo real, había enterrado un gran tesoro. Y para allá se encaminó. Al llegar, el centinela no le dejó pasar. El rabino le contó su sueño, y el centinela le contestó que él también había tenido otro sueño de que junto a la estufa de la habitación del rabino Eisik, en Cracovia, había un gran tesoro. Para allá volvió el rabino. Cavó junto a la estufa, y allí estaba el tesoro ¡Fue a buscarlo tan lejos y lo tenía dentro!…
Y es que lo que le pasó a este rabino nos sucede día a día a todos nosotros; buscamos la felicidad en cosas exteriores, y no está ahí. Está dentro de nosotros, en nuestra alma, pues «la felicidad es privativa del alma» y la paz interior sólo la puede dar Dios.
Quizá estas fiestas que comienzan sea un buen momento para dotar de significado toda esa alegría, ¿de qué manera?
Comencemos por lo sencillo…poniendo al servicio de los demás nuestra simpatía, dotando a cada instante de bondad, amabilidad, sencillez…de esta forma sacaremos lo mejor de nosotros mismos, y disfrutaremos mucho más de todos los eventos externos…Saldrá esa belleza que encierra nuestra alma y entonces nos daremos cuenta de que la alegría que experimentamos no acaba en el fin de fiestas sino que perdurará a pesar de las dificultades.
¡Felices y alegres fiestas!