El domingo 2 de diciembre comienza el ADVIENTO. El Adviento es un tiempo de reflexión, de espera, de penitencia; supone prepararnos para la llegada del Mesías.
Personalmente, creo que lo mejor de todas las celebraciones es su preparación, por eso creo que debemos aprovecharnos de este tiempo de Adviento para pararnos a pensar qué es lo que vamos a celebrar el 25 de Diciembre.
La Navidad no sólo es la compra de regalos, la buena y copiosa comida, las luces de las calles, las fiestas…, tenemos que detenernos, mirar a nuestro alrededor, mirarnos a nosotros mismos por dentro y ver cómo estamos. El Adviento es tiempo para examinarnos por dentro, reflexionar, para preparar nuestros corazones para la llegada del Señor.
En Almodóvar tenemos la suerte de celebrar las Misas de La Virgen, del 16 al 24 de diciembre, la palabra de Dios resuena dentro de nosotros desde primera hora de la mañana, en forma de Palabra, villancicos y por supuesto en común-unión con los demás y con nuestro Señor.
El levantarse a las siete de la mañana para asistir a las celebraciones no supone gran esfuerzo para la gente que, año tras año, asistimos a ellas sin importar el frío, la lluvia el bienestar lo encontramos dentro de la iglesia y no nos abandona el resto del día.
Desde esta página os invito a celebrar con ganas e ilusión este ADVIENTO, a continuación os propongo una serie de reflexiones para que nos ayuden a ese propósito.
Domingo I, la vigilancia en espera de la venida del Señor.
Durante esta primer a semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: «Velad y estad preparados, que no sabéis cuándo llegará el momento».
Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia La Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hem os ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar.
Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc.
II Domingo, la conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista .
Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del p rofeta Juan Bautista: «Preparad el camino, Jesús llega» y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, La Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de La Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado.
III Domingo, el testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo.
La liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser La Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de La Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: «Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.
Sabemos que María está siempre acompañando A SUS HIJOS EN La Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercera semana de Adviento, meditando acerca del papel que La Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia.
IV Domingo, el anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María.
Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de La Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a «Aprender de María y aceptar a Cristo que es La Luz del Mundo».
Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades..(Catholic.net.el adviento).